La vaca sube por el cerro entre un montón de especttadores. Fotografía: Blanca Aldanondo.
Por fortuna, no hubo que lamentar heridos graves, aunque sí varias atenciones por golpes y rasguños, además de un ataque de ansiedad.
El encierro del Estrecho de Arguedas siempre tiene alguna sorpresa preparada y ayer volvió a ocurrir. Una vaca de la ganadería Víctor Ustárroz Santafé provocó el pánico cuando consiguió trepar hasta un cerro donde suelen seguir el encierro decenas de personas, incluidos niños. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos graves, aunque sí varias atenciones por golpes y rasguños, además de un ataque de ansiedad.
Este encierro, en el que las vacas se sueltan desde una cuesta estrecha que va a parar al casco urbano, celebró ayer una doble sesión. Por la mañana no hubo incidencias graves, pero fue por la tarde, con las gradas y los alrededores llenos de público, cuando se generó el mayor peligro.
Las ocho reses bajaron por la cuesta sin causar problemas y volvieron hasta en dos ocasiones. Pero a la tercera fue la vencida, cuando una de las vacas empezó a subir a un pequeño cerro donde se reúnen decenas de espectadores. Aunque nadie lo esperaba, consiguió trepar más de 3 metros hasta arriba ante el pánico de los asistentes. Unos intentaban correr, otros coger a niños pequeños para sacarlos de la zona peligrosa…
La suerte fue que el astado subió por la parte izquierda del monte y permitió a la mayoría poder escapar, algunos lanzándose monte abajo con niños en brazos. En su huída, la vaca persiguió a varias personas, llegando a alcanzar a un hombre sin causarle heridas importantes. Mientras, en la zona del encierro las imágenes hablaban por sí solas. Mujeres llorando, un joven con un ataque de ansiedad y varios atendidos por heridas leves que fueron pasando por las ambulancias de Cruz Roja. En total, fueron quince los atendidos. Una vez todos a salvo, la res huyó por el campo. A última hora de ayer el Ayuntamiento confirmó que la vaca ya había sido capturada.
“Casi me pasa por encima”
Uno de los asistentes que vivió el momento en primera persona fue Pablo Pérez Ayala, de 57 años y de Fontellas. Estaba sentado en el cerro viendo el encierro justo cuando subió la vaca y se la encontró de frente. “Casi me pasa por encima. Nunca subo por ahí, porque es una pared muy vertical. Me he quedado quieto y he intentado coger el cuerno con la mano a ver si la tiraba porque había muchos críos detrás”, dijo.
Otra joven que estaba en el lugar también reconoció haber pasado “mucho miedo” al ver al animal a su espalda. “Pensé hasta en tirarme por la peña”, reconoció.
Información de Íñigo Sanz para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX