UNA OREJA PARA AARÓN Y TRIUNFO DE LUMBRERAS EN EL FINAL DE S. ADRIÁN

Aarón Rodríguez, doblándose con el cuarto. Fotografía: Mancha.

Aarón Rodríguez, doblándose con el cuarto. Fotografía: Mancha.

El cuarto de la ganadería riojana, ‘Chusquero’, número 55, fue premiado con la póstuma vuelta al ruedo.

Ganado: Cuatro novillos de Álvaro y Pablo Lumbreras, muy serios pero de buenas hechuras. El cuarto, n° 55 Chusquero, premiado con la vuelta al ruedo como conjunto a la excelente novillada. El 2° fue el de mejor juego para el torero.

Novilleros: Víctor Hernández (silencio tras dos avisos y silencio) y Aarón Rodríguez (silencio y oreja).

Incidencias: Tres cuartos de entrada. El viento molestó mucho a los novilleros. Última de feria.

Se esperaba con mucha expectación la novillada riojana de Álvaro y Pablo Lumbreras tras el premio que se llevó el año pasado en este mismo coso en la corrida concurso de ganaderías con el ejemplar más bravo del festejo. Y la verdad es que no defraudó a nadie el conjunto de erales de la finca Río Bravo porque los cuatro, con sus correspondientes matices, dieron opciones de triunfo. Novillada muy seria, quizás un punto por encima en su trapío de lo que debe ser un festejo de carácter promocional de nuevos valores de toreo, pero sin desmesuras por delante.

Hubo, además, un factor que condicionó el desarrollo de la tarde: el viento. Y en ese sentido el peor parado fue Víctor Hernández, que tuvo los dos novillos más complejos y exigentes y que a la lógica bisoñez de su estrategia taurina se sumó no poder gobernar las embestidas con confianza por las rachas constantes de viento.

Con el primero de la tarde, quizás el de juego más complicado, estuvo dispuesto, serio y muy honrado. Dio todo lo que tiene sobre el ruedo y pasó un quinario con la espada que le costó escuchar dos recados desde el palco. En el tercero no se acopló nunca a la embestida de un novillo mansito pero que tuvo un excelente pitón izquierdo. La faena, en conjunto, resultó deslavazada, pero con algún natural suelto con cierta enjundia. La sensación que ofreció en el ruedo es que el compromiso le vino demasiado grande, así como el volumen de los novillos.

El triunfador de la tarde fue Aarón Rodríguez, que cortó una oreja al cuarto, pero que pudo haber logrado seguramente dos con el primero de su lote. La espada se llevó un premio importante porque la faena tuvo matices de cuajo y seriedad. Comenzó imponiéndose por abajo y el novillo rompió a embestir sin solución de continuidad por ambos pitones. Toreó bien, con series ligadas y quizás con un punto de aceleración. Aarón volvió a estar a gran nivel con el cuarto, un novillo distraído en los primeros tercios pero que tuvo mucha importancia por la seriedad de sus embestidas. También se impuso desde los lances iniciales y el astado le respondió embistiendo más y mejor. Logró una oreja de peso lograda a base de técnica, raza y decisión.

Información de Pablo García Mancha para Diario de Navarra.

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