UCEDA, ARNÁS Y BIENVENIDA ANALIZAN EN FITERO LA EVOLUCIÓN DEL TOREO

Un momento de la mesa redonda celebrada en Fitero.

Organizada con motivo del 125 aniversario de la plaza de toros, protagonizaron una mesa redonda moderada por Covadonga Saiz, directora editorial de la revista Clarín Taurino.

Medio centenar de aficionados se dieron cita el sábado en el Ayuntamiento de Fitero para escuchar a los protagonistas de una mesa redonda organizada para conmemorar el 125 aniversario de la plaza de toros. Este coloquio contaba con un cartel de lujo. Estaba formado por la siguiente terna: el diestro Uceda Leal, el periodista Federico Arnás y Miguel Mejías ‘Bienvenida’, hijo de Ángel Luis y sobrino de Antonio. El temple, en forma de moderación, corrió a cargo de la bilbaína Covadonga Saiz, directora editorial de la revista Clarín Taurino.

Los protagonistas de esta mesa redonda desgranaron la historia del mundo del toro, desde 1922, década por década y haciendo mención de los toreros más destacados en cada una de ellas. Uceda Leal fue quizá quien menos intervino pero dejó claro que Antonio Chenel ‘Antoñete’ fue el espejo que siempre miró como torero. Por su parte, Miguel Mejías indicó que llegó a ser novillero y que fue testigo presencial del percance mortal que sufrió su tío, Antonio Bienvenida, cuando tentaba una vaca en 1975, en la finca Puerta Verde de El Escorial, de la ganadera Amelia Pérez Tabernero. Pese a esta desgracia, su sobrino destacó asimismo que su tío Antonio fue un torero de cuatro décadas, algo nada usual, y que, cuando criticó el afeitado e hizo campaña contra él, muchos toreros se le echaron encima.

Federico Arnás, por su parte, explicó la evolución de la información taurina; primero, la crónica; a ésta se le une después la cámara fotográfica; más tarde, el vídeo y, por último, Internet, que supuso una auténtica revolución en la actividad informativa.

Fue tal el interés de esta mesa redonda, que se dio por terminada cuando habían transcurrido dos horas y diez minutos desde su inicio, tiempo nada habitual para un coloquio, para una mesa redonda que, se mire por donde se mire, siempre fue bienvenida.