TRES OREJAS EN LA CUARTA DE SAN ADRIÁN QUE DEBIERON SER DOS

Sergio Felipe pasea las dos orejas cobradas.

Tres de los cuatro erales de Los Maños, nobles y con calidad, dieron opciones a los dos novilleros.

Ficha técnica.

Ganado.

Cuatro erales de Los Maños, bien presentados, nobles y con calidad en general, con un segundo y un cuarto aplaudidos en el arrastre.

Novilleros.

Martín Escudero: palmas tras aviso y silencio.

Sergio Felipe: oreja y dos orejas.

Presidencia. A cargo de Raquel Santos, asesorada por María Cruz Ronda y Rosa Loranca, se mostró generosa en la concesión de trofeos.

Incidencias. Tres cuartos de plaza. Tarde ventosa. Los dos novilleros hicieron el paseíllo demonterados.

Sergio Felipe resultó triunfador absoluto del encierro con tres orejas en el esportón. El albaceteño conectó con el público desde que recibió a la verónica a un ejemplar de Los Maños que se vino arriba en banderillas. Intentó el toreo por ambos pitones adelantando el engaño, faltó rematar atrás en las tandas por el pitón derecho y por el siniestro no llegó a colocarse en el sitio. Se le vio y dispuesto, cortó una oreja.

El cuarto de la tarde fue un astado que repetía y humillaba sin cesar, Felipe lo vio claro y lo sacó a los medios gustándose. Le dio sitio y Listillo acudió al cite con buen son, toreó enroscado y al natural logró muletazos largos, profundos y de una excepcional calidad. Una estocada casi entera le sirvió para pasear dos orejas, con una hubiera sido suficiente.

Martin Escudero gustó en su primero, buscó la colocación y dio las ventajas al burel. Quiso hacer las cosas bien, clavando las zapatillas en el albero, rematando atrás. Dio tres tandas por el izquierdo llevándolo muy toreado. El fallo con el acero le privó de un apéndice.

Se lució con el capote en su segundo, el más parado y complicado del encierro que, en la muleta no regalaba sus embestidas. Lo sacó a los medios doblándose y quiso torear, le faltó darle el toque en el momento preciso y adelantar la muleta. En más de una ocasión el novillo quiso hacer por él, quizás por no medir bien la distancia y torear con la muleta retrasada. Tras una estocada tendida, casi entera fue silenciado.