Derechazo largo de Román al encastado tercero, el mejor del encierro.
Salvo el sexto, los utreros de Torrealba, bien armados y cuajados, resultaron nobles aunque con matices.
Ganado: Cinco utreros de Torrealba y uno, el primero, de Hermanos Revesado, de los mismos ganaderos, bien presentados y armados, cuajados, nobles en conjunto, con clase los tres primeros, parado el cuarto, muy blando el quinto y manso rajado el sexto; el mejor fue el encastado tercero, ovacionado en el arrastre.
Imanol Sánchez: oreja y silencio.
Antonio Puerta: saludos desde el tercio en ambos.
Román: oreja y silencio tras aviso.
Presidencia: A cargo de Carlos Balduz, asesorado por Ana Lucía San José y Jorge Domínguez, correcta salvo en un cambio del tercio de banderillas, cuando el segundo toro sólo tenía clavados tres avivadores.
Incidencias: Dos tercios de plaza. Tarde soleada y agradable. Puerta y Román hicieron el paseíllo desmonterados.
Interesante resultó el tercer festejo de la feria, tanto por el juego del ganado como por la disposición de los novilleros. Los hermanos Revesado lidiaron en Peralta una novillada de Torrealba, seria, cuajada y con cara, que cumplió en el caballo y embistió con nobleza en conjunto, aunque mejor el primer trío que el segundo.
De esos tres primeros utreros, el mejor fue el tercero, el colorado Arumbador, que empujó con fijeza en dos varas y embistió encastado en el último tercio. Román le realizó el mejor trasteo de la tarde, una faena bien estructurada, comenzada con estatuarios en el tercio, basada en la izquierda, en tres tandas de naturales de naturales largos y dominadores, y cerrada con unas ceñidísimas manoletinas y una estocada trasera. Justa oreja para una buena labor torera.
Sin embargo, el valenciano no pudo redondear la tarde porque el sexto se rajó ya de salida, fue un manso de libro ante el que no había nada que hacer. Inicialmente, la faena fue una lucha para evitar que el utrero, con hechuras de toros, se fuese a tablas. Ya en esos terrenos, junto a toriles, lo intentó lidiar y le robó algunos muletazos sueltos de buen corte entre continuas tarascadas. Román no pudo hacer más, salvo descabellarlo con mejor pulso.
Sánchez, por su parte, bastante hizo con salir ileso frente al que abrió plaza, del que recibió dos volteretas, la segunda espeluznante. Nunca llegó a acoplarse al natural, quedó al descubierto y fue alcanzado por un novillo que fue a peor y al que mató de una muy buena estocada, que le valió un trofeo. Lo intentó ante el cuarto, pero el utrero se fue parando y la posibilidad de triunfo, esfumando.
Puerta pudo cortar una oreja de su buen primero y otra de su blando segundo, tras dos faenas por ambos pitones, de más peso la primera, templadas y con cierto gusto, pero anduvo mal con los aceros y por ahí se le escapó el triunfo. Y así…
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX