El caballero de Noain toreando en Ajalvir.
El primer toro de la tarde no le dio opción alguna de triunfo al caballero de Noain.
Ganado: Tres toros de José Luis Pereda (1º, 4º y 5º) y tres de La Dehesilla, primero y cuarto para rejones, de juego desigual, con un bravo quinto y un buen sexto.
Toreros: Roberto Armendáriz (silencio y oreja), David Luguillano (saludos desde el tercio y dos orejas) y Morenito de Aranda (silencio tras aviso y oreja tras aviso).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Ajalvir (Madrid). 1 de febrero.
Incidencias: Dos tercios de plaza en una tarde fría y con viento. Luguillano salió a hombros.
Roberto Armendáriz logró sumar ayer el primer trofeo de su decimocuarta temporada y lo hizo en la plaza madrileña de Ajalvir, en una tarde fría, marcada por el viento. No lo tuvo nada fácil el caballero de Noain, ya que su primero fue un verdadero marmolillo, que se emplazó en los medios, careció de celo y se dedicó a esperar a las cabalgaduras. El lucimiento fue imposible, ni con el debutante Farruco de salida ni con Prometido en banderillas ni con Cristal en el último tercio. El jinete acertó al tercer intento con la hoja de peral y el público guardó silencio.
El panorama cambió a mejor con la salida del cuarto, un burraco cinqueño, más grande y alto que sus hermanos, que atesoró buen son, magnífico con tranco, fijeza y movilidad. Lo recibió con Visir, con el que dejó dos de castigo. En banderillas, la faena se vino arriba con las batidas y elegante toreo de costado de Grano de Oro en tres palos. El alazán estuvo excepcional y dio paso a Delirio, que mantuvo el alto tono del trasteo con sus ajustadas piruetas. Ya en el tercio final, de nuevo sobre Cristal, el jinete se lució con tres cortas continuas, sin respiro. Mató de un rejón en lo alto, pero el toro se amorcilló, tardó en doblar, por lo que Armendáriz tuvo que descabellar, cosa que hizo con precisión al primer intento. Sin embargo, el tiempo transcurrido enfrió algo los ánimos y el premio se redujo a una oreja.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX