El Capea citando rodilla en tierra a uno de sus novillos. Fotografía: Rafael Villafranca.
Ambos cortaron cinco orejas a un buen encierro de Pedro Gutiérrez Moya.
Ganado: Cuatro novillos de Pedro Gutiérrez Moya, con sus tres hierros -Carmen Lorenzo, San Mateo, y San Pelayo-, bien presentados y de buen juego en conjunto, con un cuarto más flojo.
Toreros: Roberto Armendáriz (saludos desde el tercio y dos orejas) y El Capea (dos orejas y oreja).
Presidencia: A cargo de la concejala Susana Pérez Rosano, asesorada por Pedro Izco Montoya y Ana Pereira Álvarez, tuvo buen criterio a la hora de conceder trofeos y al no acceder a las peticiones minoritarias de rabo para el diestro y el rejoneador.
Incidencias: Casi tres cuartos de plaza. Tarde soleada y calurosa. Los dos matadores salieron por la puerta grande.
La plaza de toros de Cascante se inauguró hace 44 años con dos triunfos sonados de Antonio José Galán y Pedro Gutiérrez Moya ‘Niño de la Capea’, que cortaron cuatro orejas y un rabo cada uno. Desde entonces, hay una conexión total de la afición cascantina con el torero salmantino.
Y eso se dejó sentir en el festival picado mixto de ayer, en el que su hijo, El Capea, quiso emular a su padre y estuvo a punto de conseguirlo en su primer toro al que cortó las dos orejas, escuchándose la petición de rabo que no fue atendida acertadamente por la presidenta.
En su primero realizó una completa faena de capa y muleta, bajando en el tercio de banderillas. Con la muleta instrumentó buenas tandas de derechazos y de naturales, exprimiendo al novillo, que demostró raza y nobleza.
En el cuarto, el más flojo de la tarde y que lo brindó al empresario Juan Luis Ruiz, El Capea consiguió una larga tanda de naturales pero sin la transmisión del primero. Mató de un pinchazo y de una estocada entera en todo lo alto que le valió otra oreja.
De menos a más
El rejoneador navarro Roberto Armendáriz fue de menos a más. En el primero no estuvo muy afortunado y utilizó tres rejones de muerte. Su premio fue tan sólo la ovación del público que se dio cita en el coso cascantino en el primer festejo taurino de sus fiestas patronales.
Armendáriz mejoró ostensiblemente en su segundo, mostrándose muy torero desde el caballo. Consiguió buenos quiebros y colocó también buenas banderillas, tanto largas como cortas. Mató de un certero rejón que acabó rápido con el novillo y logró las dos orejas.
Los dos toreros triunfaron en Cascante y lograron salir por la puerta grande.
Información de Rafael Villafranca para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX