PABLO HERMOSO TRIUNFA EN LEÓN EN HONOR A LA VIRGEN DE GUADALUPE

Tras el arrastre lento del cuarto, Pablo Hermoso de Mendoza dio una vuelta al ruedo triunfal, acompañado del ganadero Fernando de la Mora y del cabo de forcados José María Caiero.

El veterano caballero navarro compartió la salida a hombros con Ernesto Javier ‘Calita e Isaac Fonseca, que cortaron las dos orejas a los segundos de sus respectivos lote. Fotografías: pablohermoso.net

Ganado: Seis toros de Fernando de la Mora, primero y cuarto para rejones, de poca movilidad el primero y muy bueno el segundo, tanto que tuvo que dar una vuelta al ruedo el ganadero tras el arrastre lento; y los toros de a pie, el primero tuvo calidad, el segundo fue devuelto a los corrales al fracturarse el pitón izquierdo tras rematar en un burladero y en su lugar salió el reseñado como cuarto, que fue regular; el tercero, también dio buen juego. Y, uno, el primer sobrero, de la ganadería jalisciense de San Pablo, lidiado como cuarto, se dejó torear.

Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio tras aviso y dos orejas), Ernesto Javier ‘Calita’ (silencio tras dos avisos y dos orejas); e Isaac Fonseca (silencio y dos orejas).

Lugar y fecha: Plaza Monumental La Luz, en León (estado de Guanajuato). 15 de diciembre de 2023.

Incidencias: Lleno. Agotado el boletaje. Noche fría. Corrida de las Luces en honor a la Virgen de Guadalupe, como parte de los festejos por el bicentenario de la soberanía estatal. Bajo el impresionante cobijo de la luz de las velas en todo el tendido del coso leonés, se llevó a cabo el emotivo paseo del pendón, en una vuelta al ruedo con la imagen de la Virgen de Guadalupe, acompañada por los diestros del cartel y sus respectivas cuadrillas. Pegaron los forcados Amadores de Évora. Los tres actuantes salieron a hombros.

Pablo Hermoso de Mendoza no se despidió ayer del público de León, porque lo hará en el mes de febrero, dentro de su tradicional feria taurina. Eso sí, abrió cartel ante un muy complicado toro de Fernando de la Mora. Áspero, despistado, siempre pendiente del callejón y sin mostrar apenas atención a los caballos. Todo fue labor de los caballos y del jinete, que luchaban para llegarle, aunque anduvieron siempre listos para salvar un posible arreón del toro. Complicado hasta para subalternos y forcados, quienes, pese a ello, realizaron una gran pega al primer intento.

Para matar el toro ni miraba a Ortigao y menos mal que, en una de ésas, Pablo acertó y enterró el rejón en lo alto del morrillo. El toro dio su último arreón tras el caballo, cruzando la plaza, para al fin doblar. Todo parecía terminado, pero esta vez el puntillero levantó al toro, que se quedó amorcillado, y el centauro tuvo que descabellar en no muy favorable posición.

Se pudo resarcir, y de qué manera, el navarro en el cuarto de la tarde, éste sí, un gran toro, que no se cansó de embestir hasta que dobló y que no habría extrañado que merecidamente se le hubiera indultado. Nómada, Berlín, Malbec y Justiciero construyeron una grandísima faena.

Cuando el veterano maestro agarró el rejón de muerte, hubo una tímida petición de indulto y, como no fue atendida ni continuada, Pablo entró a matar para dejar medio rejón arriba, que necesitó de un golpe de descabello. Cuando el toro dobló, el griterío se hizo ensordecedor hasta poner en manos del jinete dos merecidas orejas, que paseó al ritmo de ‘El Rey’ junto al ganadero Fernando de la Mora y al cabo de los forcados de Evora, José María Caeiro.

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