
Tras su triunfo histórico, el caballero navarro dio la vuelta al ruedo con el ganadero.
Este bravo toro de Racho Seco fue el décimo al que ha perdonado la vida a lo largo de su trayectoria profesional. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Tres toros de Rancho Seco y uno de Guanamé, tercero, bravos y de buen juego, sobre todo el segundo, Envidioso, número 147, de 466 kilos, que fue indultado.
Rejoneadores: Fauro Aloi (vuelta en ambos) y Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo simbólicos y dos orejas).
Lugar y fecha: Plaza de toros portátil en Valladolid (estado de Yucatán). 7 de marzo.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Tarde apacible. El novillero Roberto Gómez ‘El Zorrillo’ fue ovacionado durante su labor en quites. El caballero navarro, que salió a hombros, dio vuelta al ruedo con el ganadero Sergio Hernández González.
Las nuevas generaciones van llegando al toreo a caballo, tanto en España, como en México, a la estela de los Hermoso de Mendoza. Se suma en el país azteca la de los Aloi. El padre, Giovanni, fue uno de los impulsores de la traída de Pablo Hermoso de Mendoza a estas tierras, allí por finales de los años 90. Ahora Pablo compite con Fauro Aloi, un exponente de esta nueva generación que va llegando al escalafón.
Y en esta tarde yucateca pudo compartir cartel con el máximo maestro que ha dado la historia de esta especialidad tauro-ecuestre y que en esta ocasión volvió a escribir una parte de su historia y de la historia del toreo a caballo con un nuevo indulto. El toro Envidioso, de la ganadería de Rancho Seco se convirtió en el décimo toro indultado por el rejoneador de Estella, que consiguió que se le perdonase la vida merced a una faena variada, exultante de temple desde el primer tercio hasta el último, en el que las cortas fueron cayendo, entre los primeros gritos de “indulto”. El toro, bravo y entregado, todavía buscaba al caballo y el jinete alargaba tercio con una rosa y la suerte del teléfono, lo que acrecentó todavía más la petición de salvar la vida del toro. El navarro agarró el rejón de muerte y aquello ya fue una súplica unánime ante la que el juez cedió y envió al magnífico Envidioso a pastar a tierras tlaxcaltecas.
Y si bravo fue su primero, el cuarto –Verbeno– todavía fue más si cabe, aunque con menos calidad y más brusco. Ante él, Pablo, volvió a cuajar otra faena de maestro después de pasar aprietos de salida montando a Manizales. Tras un vibrante tercio de banderillas con Deseado y Dalí, nuevamente cumplió con buena nota Guitarra en el último tercio, en las cortas y en un rejón de muerte letal para volver a obtener dos orejas y redondear una tarde histórica.