El caballero navarro sólo cortó una oreja por no andar certero a la hora de matar.
Ganado: Seis toros de Fermín Bohórquez, bien presentados y de juego dispar.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (saludos y oreja), Rui Fernandes (oreja y dos orejas) y Ginés Cartagena (ovación y palmas), que tomó la alternativa.
Lugar y fecha: Plaza de toros de Mejanes (Francia). 19 de julio.
Incidencias: Lleno. Rui Fernandes salió a hombros y se llevó el Rejón de Oro.
Finalmente, el Rejón de Oro en disputa se lo llevó ayer en la plaza francesa de Mejanes el caballero portugués, que fue el triunfador de la tarde por el número de trofeos cortados pero el toreo a caballo con poso, de maestro, lo puso el torero navarro, que volvió a realizar dos grandes faenas, no rematadas con el rejón letal.
Antes del paseíllo, se rindió un homenaje al estellés por parte del público, que, puesto en pie, lo recibió en solitario, para a continuación aparecer en el ruedo dos de sus caballos legendarios: Cagancho y Chicuelo, llevados del ramal por los hijos de Pablo, Paula y Guillermo. Los veteranos hermanos llenaron de emoción y sentimiento el ruedo de Mejanes y sobre todo de recuerdos y de enorme satisfacción por verlos en tan buena forma cuando ya rozan la treintena de años.
En su primera intervención, estuvo muy por encima del complicado segundo, y perdió un trofeo con el rejón de muerte por pinchar. Fue otra faena cumbre del navarro en la que volvió a hacer vibrar con su ya célebre hermosina a lomos de Disparate, realizada frente a un toro agarrado al piso, en una labor emocionante, con arriesgadas pasadas por los adentros. El público reconoció su esfuerzo y la calidad de su trasteo con una ovación, a la que correspondió saludando desde el tercio.
Después, le cortó una oreja al buen cuarto, frente al que firmó otra actuación magistral. Volvió a ejecutar la hermosina y llegó a dar la vuelta al ruedo entera llevando al toro cosido a la grupa. Si había dejado caldeada la plaza, la puso de nuevo en pie con Habanero, con el que se lució con una doble pirueta en la misma cara del toro, hacia los adentros. Y remató su labor con Pirata, dejando un monumental par de cortas a dos manos. La faena fue de máximos trofeos pero pinchó en dos ocasiones antes de terminar con un rejón fulminante. Por ello, el premio se redujo a un trofeo, pero atrás quedaba otra faena para el recuerdo.