Olivito sigue ensañado con un mozo al que ya ha corneado en una pierna.
Los seis toros de Zahariche han protagonizado el encierro más largo de estas fiestas de San Fermín, con un tiempo de 4 minutos y 57 segundos. Galería fotográfica de Jacobo Silvestre.
Los toros de Miura no han hecho honor a su fama de nobleza y han protagonizado una peligrosísima y larga carrera, con dos corneados, en el último encierro de los Sanfermines de este año. Los astados de la famosa ganadería sevillana han corrido, veloces, desde los corrales de Santo Domingo hasta la plaza de Toros pero uno de los toros, ‘Olivito’, ha caído en la curva de Mercaderes, ha quedado desdolgado de la manada, ha protagonizado momentos de mucha tensión, y ha corneado en tres ocasiones a dos corredores.
Los pastores y varios mozos, ayudados al final por los cabestros de cola, han conducido al morlaco hasta la plaza de Toros en el encierro más largo de las fiestas, que se ha prolongado hasta los 4 minutos 57 segundos.
Según los datos ofrecidos por Cruz Roja y el Complejo Hospitalario de Navarra, ‘Olivito‘ ha asestado tres cornadas a dos corredores en los tramos de Mercaderes y Estafeta. Uno de ellos es un joven de 21 años de Burlada, E.G.E, que ha sufrido tres heridas por asta, una en cada muslo y una tercera en el perineo, y que permanece con pronóstico reservado.
El segundo corneado, trasladado desde Estafeta, presenta tres heridas por asta en el hemotórax derecho, el abdomen y el muslo izquierdo.
Además, han sido atendidos en los hospitales cuatro corredores, dos de ellos con heridas de pronóstico reservado: F.C.P., de 33 años, natural de Milagro, que ha sufrido un traumatismo craneal en Estafeta, y R.F., de Madrid, con una contusión en la clavícula izquierda en el tramo de Telefónica.
Como leves se han calificado las heridas de J.A.M., de 27 años, natural de Ecuador y residente en Madrid, que presenta un traumatismo en la cara, y una joven de Logroño, M.D.N. de 26 años, que ha sido atendida de un traumatismo facial sufrido en Telefónica.
Habituales en los fines de semana de los Sanfermines, los Miura han sido los encargados de cerrar, en lunes, los encierros de las fiestas de este año, que serán recordados por su limpieza y un escaso saldo de 7 corneados (uno el día 7, dos el día 9 y otros dos el día 10 y al menos dos este lunes).
A pesar de su fama de nobleza, en los últimos años los Miura han ganado velocidad y peligrosidad. Hace cinco años también protagonizaron el encierro más largo de las fiestas con cinco corneados.
EL ENCIERRO, AL DETALLE
En esta ocasión, la manada ha salido agrupada de los corrales y así ha enfilado la Cuesta de Santo Domingo hasta la plaza del Ayuntamiento. Los animales no han ocasionado problemas en este tramo y han continuado en grupo por la calle Mercaderes.
Los problemas han llegado en la curva de Estafeta, donde uno de los ‘miura’ ha caído al suelo y ha tardado unos segundos en levantarse. Mientras, el resto ha seguido la carrera, con cuatro toros de la ganadería sevillana a gran velocidad que han permitido a los mozos protagonizar bonitas carreras.
En un segundo grupo iban los cabestros y un quinto toro de Miura, que han completado el recorrido sin generar altercados. No así el sexto toro, ‘Olivito’, que ha generado un gran peligro y escenas de auténtico pánico desde el mismo momento en que se ha levantado de la caída en la curva de Estafeta.
Al volverse ha arremetido contra un mozo que se encontraba en la parte derecha de la calle, al que ha golpeado contra la pared en varias ocasiones. Después de que el mozo haya conseguido librarse de las astas del ‘miura’, ha escapado hacia la calle Mercaderes seguido por el toro, que se ha vuelto a cebar con él ya junto al vallado. Otros corredores y agentes de la Policía Municipal han conseguido sacar al mozo del recorrido.
Además, el astado salinero ha intentado embestir a otro corredor en el mismo vallado y posteriormente, al retomar la carrera por la calle Estafeta, ha corneado a un mozo que intentaba refugiarse en la parte izquierda de la calle.
Desde el inicio de Estafeta, corredores y pastores del encierro se han afanado por guiar al toro hasta la Plaza, no sin dificultades ya que la res se ha vuelto en numerosas ocasiones y ha generado situaciones de peligro.
Ya en la bajada hacia el callejón, el toro se ha unido a los mansos de cola, con los que ha entrado en el coso pamplonés, casi tres minutos más tarde que el resto de la manada.
Galería fotográfica de Jacobo Silvestre:
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX