MÁS DE CIEN RESES DE LA GANADERÍA EL UNO, MUERTAS POR CONGELACIÓN

Una de las reses muertas por congelación.

Una de las reses muertas por congelación.

Esta vacada alcanzó fama por la participación de sus cabestros en los encierros de Pamplona.

En torno a ciento diez animales muertos “por congelación” lleva contados José María López, propietario de la Ganadería El Uno, en su finca El Maquilón, sita en Almoguera (Guadalajara). El temporal de nieve y hielo desatado por Filomena ha diezmado por completo la vacada.

“De momento llevo registradas treinta y cuatro o treinta cinco bajas entre los toros, otras treinta y cuatro o treinta y cinco entre las vacas, unos cuarenta entre los becerros y tres entre los cabestros”, admite el propio ganadero, que igualmente advierte: “La cifra aún será mayor, porque me quedan muchos por recoger entre la nieve congelada. La finca sigue siendo ahora mismo un bloque entero de hielo. Paso con el tractor y el hielo no se rompe de ninguna forma. Muchos animales muertos están completamente incrustados. De hecho, aunque resulte duro contarlo, he tirado con el tractor de una cuerda atada a un pobre animal fallecido y le he arrancado la cabeza. Esto es muy duro, un absoluto desastre”, confiesa desesperado.

“Tenía ochenta vacas paridas y solo cuento treinta y dos o treinta y tres becerritos. ¿Dónde están los demás? Ya han aparecido unos cuarenta muertos, pero el resto estarán aún bajo el hielo. Muchos de los que nacieron en septiembre y octubre han logrado resistir, pero los que llegaron de noviembre en adelante les ha pillado este temporal recién paridos y lo han tenido casi imposible. Llevo más de treinta años como ganadero y nunca había vivido algo así. Solo tengo dos o tres vacas por familia y por lo menos llevo ya perdidas cinco familias enteras. Eso también supone una gran pérdida genética”, relata.

Las particulares características de la finca El Maquilón, ubicada a orillas del río Tajo, también han influido en la desgracia: “Es una finca de agricultura, sembramos cereal, y no tiene tanto refugio como si fuera una finca de monte. De hecho, tengo otras vacas mansas en una finca de monte y allí solo se me ha muerto una. Pero lo que ha ocurrido aquí es una locura, una completa catástrofe. Llegaron a registrarse más de veinte grados bajo cero”.

La Ganadería El Uno, famosa por la participación de sus cabestros en los encierros de Pamplona, da salida cada año a “en torno a 600 o 700 reses entre festejos populares, novilladas y corridas, muchas de ellas concursos de recortes”, subraya José María López. Sin embargo, la suspensión de festejos a causa del coronavirus le ha obligado a mantener cerca de mil seiscientos animales en la finca “porque en el matadero ya no quieren más, no los quieren ni regalados”, admite. “En cualquier caso, aunque esté arruinándome, les he echado de comer todos los días. De hecho están perfectamente sanos y los que han muerto ha sido por congelación, no por falta de cuidados”, aclara raudo, y continúa: “Pero es que la situación es muy dura. Por las mañanas el agua donde beben es una placa de hielo. Estos días ha llovido un poco, se derrite la capa de arriba, pero por abajo sigue todo duro como una piedra porque no sube la temperatura. Los toros tienen que tumbarse sobre el hielo. Literalmente”.

Otra res que sucumbió al temporal de frío y nieve.

Otra res que sucumbió al temporal de frío y nieve.

Sin fe en la Administración

José María López no tiene apenas fe en que la Administración se involucre y ayude a los ganaderos: “Quizá declaren Madrid zona catastrófica, pero nosotros estamos en Almoguera y aunque apenas nos separen cinco kilómetros de la Comunidad de Madrid no creo que podamos optar a nada. De las ayudas que ya se tramitaron allí por el coronavirus tampoco nos correspondió nada porque, aunque tenga algunas vacas que pastan en terrenos madrileños, el código de registro de la explotación corresponde a Guadalajara y eso hizo que nos quedáramos fuera. Aquí en nuestra tierra, en Castilla-La Mancha, televisarán muchas corridas, pero no nos han recibido a los ganaderos ni siquiera para escucharnos, así que veo dificilísimo que nos echen ahora una mano. No tengo ninguna fe”.

Si no se la echan, denuncia convencido, la situación cada vez será más acuciante para los criadores de bravo: “Los ganaderos no podemos aguantar más. Si este año no hay festejos, que no venga nadie a buscar toros el año que viene porque no habrá. Si seguimos así estamos abocados a desaparecer. Que no vengan porque no estaremos. La Administración nos da la espalda y en el matadero no cogen más animales. Así es imposible sobrevivir. Que me cuenten lo que quieran, pero veo un futuro muy negro…”.

Texto y fotografía publicados en Aplausos.es

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