Marco, toreando con la diestra a una de las vacas de Dolores Aguirre en la plaza de tientas de Dehesa Frías.
El diestro navarro tentó tres vacas de Dolores Aguirre en Constantina, justo dos meses después de ser corneado por un toro de ese hierro.
Paradojas del toreo. Justo dos meses después de ser corneado en Tafalla por un toro de Dolores Aguirre, Francisco Marco tentó el jueves pasado, festividad de Santa Teresa, en Dehesa Frías, en la sevillana Constantina, tres vacas de este hierro. Fue su reaparición, ya que no había vuelto a torear desde el percance sufrido el 15 de agosto en la plaza tafallesa, que le dejó en el dique seco.
Bajo la dirección de la ganadera, Isabel Lipperheide Aguirre, el tentadero corrió a cargo de Marco y Alberto Aguilar, torero madrileño que fue, precisamente, el triunfador del ciclo tafallés, ya que esa misma tarde consiguió tres orejas de su lote, dos muy buenos toros marcados con el hierro de Dolores Aguirre, mientras el navarro era intervenido de dos cornadas en su muslo derecho.
Ambos matadores de toros probaron la bravura de seis vacas en una espléndida tarde. Las eralas tuvieron muy buena condición. Aunque alguna se mostró abanta de salida, la mayoría ya mostró su buena condición en los capotes.
Seguidamente, en el peto sacaron a relucir su bravura, ya que acudieron al caballo hasta en siete ocasiones algunas de ellas y desde distancia considerable, dada la amplitud de la plaza de tientas.
Por último, embistieron a la muleta, con nobleza, motor y transmisión por su seriedad en cada arrancada. Ganado importante que supuso para Marco la mejor toma de contacto para su reaparición y como preparación de cara al compromiso del 3 diciembre en la Monumental de México. El espada estellés, muy bien auxiliado por el banderillero tafallés Pablo Simón, se mostró ilusionado por volver a sentir el toreo dos meses después, consciente de que debe llegar muy preparado a esa cita de diciembre.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX