Dos valencianos, Sergio Perucha y Alejandro Rández, resultaron heridos por asta en el callejón y en el ruedo, en un encierro que duró 2 minutos y 38 segundos. Imágenes (Diario de Navarra y Enfoque Taurino).
Una frivolidad del destino quiso que fuera el día de una coincidencia macabra. Cuando se cumplían siete años de la muerte del joven madrileño Daniel Jimeno en el tramo de Telefónica, debido a una cornada en su cuello a cargo del jandilla Capuchino, un pitón se clavó en la misma zona del cuerpo de un corredor valenciano de 34 años.
Los padres de Daniel, Juan Antonio Jimeno y Carmen Romero, colocaron unas flores rojas y blancas en el poste del vallado junto al que se encontraba su hijo cuando resultó herido de muerte. Momentos más tarde de un gesto ya típico por cada aniversario, Dudalegre corneó en el interior del callejón de la plaza de toros a Sergio Perucha Torrent. 12 centímetros de un trayecto ascendente que llegó hasta la base de la lengua, según el parte de la Enfermería del coso.
El asta derecha diseccionó la tráquea y el cartílago hioides del levantino, trasladado al Complejo Hospitalario con pronóstico grave. La cornada que mató a Jimeno en 2009 consistió en 15 centímetros descendentes que afectaron al pulmón izquierdo, la aorta y la vena cava.
El cuarto encierro de los Sanfermines presentes se volvió sangriento en su recta final. La cornada a Perucha en el callejón fue la culminación de un encuentro forzoso entre Dudalegre (585 kilos) y el mozo que había comenzado ya desde el exterior de
la plaza. El morlaco de Pedraza de Yeltes, ganadería que se presentaba por primera vez en Pamplona, prendió al valenciano entre sus cuernos en la bajada al callejón y se lo llevó con él. Perucha quedó agarrado durante metros al cuerno derecho, tratando de evitar sin éxito que el animal se lo clavase.
Hubo otro damnificado por asta, prácticamente al mismo tiempo y en el mismo lugar y también levantino como el anterior. En esta ocasión fue Joya quien, nada más salir del callejón y pisar la arena del ruedo, atropelló y empitonó en la axila a Alejandro Rández, de Chelva y con 29 años.
Hasta aquí, los pedrazas habían desarrollado un debut de aplauso. En la fecha de una masificación menos rotunda que la de otros años y con la incertidumbre por su primera vez, los morlacos salmantinos rompieron con la tónica de los encierros de las últimas jornadas y se movieron rápidos y hermanados por todo el recorrido.
Si bien no condescendientes del todo, pues Santo Domingo, la Plaza del Ayuntamiento y Telefónica fueron escenarios de sendos mozos levantados por las piernas con los cuernos en plena carrera al cabecear los toros en su busca. Especialmente espectacular sorprendió la caída en la plaza consistorial, ya que el corredor aterrizó con la espalda y la cabeza al alimón. Su homólogo de Telefónica salió del trance con el pantalón completamente roto en la entrepierna.
Crónica de Marcos Sánchez para Diario de Navarra.