Los participantes en la jornada campera; entre otros, Ángel Gómez Escorial, Toñete, Antonio Catalán, Javier Marín, Sergio Sánchez y, a su lado, el ganadero Mauricio Gamazo.
Estoquearon el sábado cuatro serios novillos en la finca vallisoletana de Raso del Portillo.
Los novilleros navarros Javier Marín y Toñete Catalán, hijo del empresario corellano, no han perdido el tiempo tras finalizar su respectivas temporadas y comenzaron ayer a preparar la próxima en la finca vallisoletana de Raso del Portillo, la ganadería más antigua de España, sita en Boecillo. En ella, ante la atenta mirada del ganadero, Mauricio Gamazo, lidiaron y estoquearon, a puerta cerrada, cuatro serios novillos, nobles todos, pero de distinta condición.
Abrió la mañana el cirbonero Marín, que se las vio con un ejemplar tan noble como blando. Tras un buen recibo de capa, lo toreó con buen sentido por ambos pitones, dando los tiempos y distancias que reclamaba el novillo. Terminó su buena labor con una estocada y dos golpes de descabello.
El tercer novillo resultó ser el de más calidad de la jornada y el novillero con caballos lo cuajó por ambos pitones con finos remates de trincherillas y cambios de mano, siempre con gusto. Cerró su intervención con un pinchazo, una estocada tendida y un golpe de descabello.
Toñete, por su parte, se encontró en primer lugar con un novillo algo más complicado por su corto recorrido, pero supo lucirlo a base de clase y de repertorio en una faena que concluyó con una buena estocada. En cuarto lugar, este novillero sin caballos, nacido en Madrid pero de raíces navarras, lidió el novillo más serio de los cuatro. Supo aprovechar su transmisión y motor para lucirse ante él con muletazos de mano baja, de buen trazo, trasteo finalizado con una estocada casi entera y dos descabellos.
Fue una jornada de campo muy útil para ambos, que contó con la presencia de los matadores de toros Sergio Sánchez y Ángel Gómez Escorial.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX