Los Hermoso de Mendoza firmaron ayer una página para la historia taurina de Larraga. Imagen, Aerizalde.
Saldaron la tarde con el corte de siete de las ocho orejas posibles y de un rabo. Reportaje fotográfico: Aerizalde.
Ganado: Cuatro toros de Rosa Rodríguez, correctos de presentación y colaboradores, con buen son, salvo el parado que abrió plaza. El tercero, Caralimpia I, fue premiado con la vuelta al ruedo.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y dos orejas y rabo) y Guillermo Hermoso de Mendoza (oreja y dos orejas).
Lugar y fecha: Plaza portátil en Larraga (Navarra). 3 de octubre de 2021.
Incidencias: Tarde nublada con algo de lluvia intermitente. Lleno aparente. Primer festejo taurino en Navarra sin restricciones de aforo. Pablo brindó su segundo a Maite Martínez Murillo, una amiga con discapacidad intelectual y muy habitual en sus presentaciones en Navarra, y Guillermo hizo lo propio con otro enorme seguidor como es Enrique Ezquerro Ruiz, joven con Síndrome de Down. Los dos caballeros actuantes salieron a hombros.
Volvían los rejones a Navarra y volvían los Hermoso de Mendoza a torear en su tierra tras más de dos años sin poder hacerlo por culpa del Covid. En esta ocasión, gracias al empuje del Ayuntamiento de Larraga, una pequeña localidad muy cercana a Estella que se pudo dar en una plaza portátil este mano a mano con el que Pablo cerraba su temporada por cosos europeos, mientras que Guillermo todavía cuenta con un compromiso en Medina de Pomar.
Un festejo que se vio beneficiado por la retirada de las restricciones en Navarra el pasado día 1 y que así permitió que la plaza se llenase hasta agotar el boletaje y a pesar de la lluvia caída durante toda la mañana, el coso se acondicionó y quedó perfectamente para el toreo a caballo.
Larraga no era nueva para Pablo, que ya en 1988 y 1989 actuó en la localidad en sendos festivales y que ahora treinta y dos años después regresaba para este paseíllo junto a su hijo Guillermo. Se da la casualidad que en la fecha de debut de Pablo contaba con 22 años, los mismos que ahora tiene Guillermo.
En cuanto a lo acontecido, como podemos suponer fue una fiesta de sentimientos, de emociones, de reencuentros y sobre todo de toreo. En la corrida de Rosa Rodríguez, que dio un buen juego para el toreo a caballo, destacó el tercero, premiado con la vuelta al ruedo.
Volvió a ganar en lo numérico el padre, con dos faenas de la casa, templadas, disfrutando y brindando al público una nueva tarde magistral. Temple de los toros, llevado al paso medido con un Berlín en su mejor momento, con unos cambios de grupa en los que el caballo plancha la cola para pasarla por la cara del astado haciéndole cambiar el tranco. Ágora emulando a su padre Dalí en las pasadas en la cara del toro. Otro caballo, Ilusión, tuvo esta tarde su confirmación de que puede ser un gran caballo. Un toreo y una presencia mucho más acaganchada, metiendo la cara entre los pitones y midiendo perfecto el galope del toro. Pablo apostó además por él para el último tercio de su segundo toro y el caballo dio otra dimensión a las banderillas cortas y sobre todo al rejón de muerte, atacando muy en corto y muy de frente. Pablo estuvo muy certero con el brazo y el resultado fue del primer rabo de la temporada.
Mención especial para los caballos de salida, que fue naturalmente el tercio donde los toros empujaban más y los cuatro empleados, Malbec, Martincho, Alquimista y Jíbaro, unos con la templanza que da la experiencia, y otros con la chispa de la juventud, encelaron rápidamente a los toros para en terrenos muy reducidos comenzar a enroscarse con los astados e irlos atemperando poco a poco.
Guillermo pinchó los dos toros y por eso su marcador numérico quedó reducido con relación a su padre, pero el joven jinete presentó sus armas en Navarra y dejo ver que el progreso en estos dos años ha sido importante. Encantó y mucho la forma de templar y llevar al toro de costado con Extraño o ese valor frontal y esa expresividad que mostró en todo momento con Índico. Para el cuarto toro, Guillermo había guardado a su estrella Disparate, pero el destino hizo que este toro saliera con menos fuerza y cayó dos veces a la arena de salida. Disparate le iba a exigir más y por eso, Guillermo optó por hacer toda la lidia con Ecuador. Un espectáculo de quiebros que hizo recordar a los más veteranos los que hace 32 años realizaba en esta misma localidad su padre con Cafetero. Remató esta labor con Esencial, destacando las rosas y el par a dos manos.
Como decíamos, una tarde de sentimientos en la que los jinetes agradecieron a su público el sentimiento y que quisieron personalizar en dos seguidores muy fieles y que ocupaban un lugar en su tendido. Así, Pablo brindó su segundo toro a Maite Martínez Murillo, una amiga con discapacidad intelectual y muy habitual en sus presentaciones en Navarra y Guillermo hizo lo propio con otro enorme seguidor como es Enrique Ezquerro Ruiz, joven con Síndrome de Down. El propio Enrique, saltó al final del festejo al ruedo con la intención de sacar a Pablo a hombros y así lo hizo durante media plaza. Fue aquí cuando el propio rejoneador pidió bajarse de su improvisado costalero y él mismo levantar a hombros a Enrique para que abandonara el ruedo a hombros junto a su amigo Guillermo y con un costalero tan especial.
Una fiesta total en esta pequeña localidad, muy identificada con la vaca brava y que, gracias al empuje de un ayuntamiento colaborador, ha podido celebrar este festejo de carácter mayor, con máximas figuras del toreo a caballo.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX