En la penúltima curva, un jabonero alzó su cabeza por encima del vallado.
Impresionante encierro el vivido ayer en localidad del Piquillo. Los astados de Prieto de la Cal, llegados desde Huelva, protagonizaron un encierro lleno de picante y emoción. Rapidez y elegancia fueron de la mano, obligando a muchos mozos a salir de la carrera.
En la penúltima curva del recorrido el primero de los novillos, jabonero de capa, golpeó con fuerza el vallado, llegando a levantar su cabeza por encima de la madera. Tras la curva y camino a la plaza, el mismo animal hizo por los corredores que, con maestría, supieron esquivarlo para dejarle vía libre.
Información y fotografía de Leticia Chanavat para Diario de Navarra.