LOS CORREDORES VEN UN ‘PRECEDENTE PELIGROSO’ LA IMPUTACIÓN AL PASTOR

Los veteranos corredores del encierro Madina, Lecuona, Castander, Zuasti. Fotografía: DN.

Los veteranos corredores del encierro Madina, Lecuona, Castander, Zuasti. Fotografía: DN.

Apoyan a los pastores y consideran que fue “un accidente” que no debía haber llegado al juzgado,

El pastor imputado por lesionar a un corredor de un varazo en Sanfermines decidió ayer guardar silencio. Sus compañeros, también. El mozo valenciano que le denunció, y que se encuentra a la espera de ser operado por la fractura de la nariz, tampoco quiso hacer valoraciones. Pero los corredores veteranos del encierro de Pamplona sí quisieron expresar su opinión. Todos los consultados coincidieron en respaldar la labor de los pastores, calificar lo ocurrido de un accidente y, sobre todo, alertar sobre el “peligroso precedente” que supone llevar a los juzgados un hecho como el ocurrido en el encierro del pasado 12 de julio, y que ha acabado con el pastor, Vicente Martínez “Chichipan”, imputado por un delito de lesiones.

Julen Madina consideraba la imputación como “una barbaridad y un sinsentido”. “En el encierro, todo el que accede, o al menos antes era así, lo hace aceptando unas condiciones y unas reglas implícitas que dicen que quien tiene la autoridad es el pastor. Puede haber un varazo injusto, pero la mayoría de las veces es justo”, afirmaba el veterano corredor.

No obstante, asumía que esta ley del encierro no figura en el Código Penal ni está amparada por el Reglamento. “Pienso que esto puede suponer un gravísimo precedente, por lo que el gabinete jurídico debería estudiar algún tipo de cobertura legal para estas acciones, porque si no se abre un filón que se va a repetir en algún momento. Los toros hay que conducirlos, no tocarlos, y la autoridad se ejerce con un varazo”, añadía Madina.

Jokin Zuasti también cree que los pastores deberían estar más protegidos. “Hay que tener en cuenta las circunstancias, que las varas tienen movimiento, que si se lleva un golpe es porque va detrás e infringe la normativa… y que el encierro es un mundo de golpes. Ahí hay codazos entre corredores, caídas… Llegados a este extremo, podemos empezar a denunciarnos entre nosotros”, alertaba. En su opinión, todo fue un accidente: “No es voluntario, su intención no es pegar a nadie sino proteger la carrera. Es un avatar que no tenía que haber llegado al juzgado, un extremo que no beneficia al encierro, a Pamplona ni a nadie”.

Zuasti defendía la labor de los pastores. “Ahora son más necesarios que nunca por la vorágine y la falta de respeto al animal que hay. Sin ellos, el cachondeo sería mayúsculo”. Por eso reclamaba a los estamentos oficiales que “arropen” públicamente a los pastores ahora más que nunca.

Miguel Ángel Castander es corredor de San Sebastián de los Reyes, pero también ejerce de pastor en el encierro madrileño. Como reflexión, hacía suya una frase del pastor Rastrojo: “Más vale un varazo a tiempo que una cornada a destiempo”. Para él, el “código interno del encierro” dice que el pastor es “la máxima autoridad” y lo que hay que hacer es respetarle: “Unas veces acertamos y otras veces nos equivocamos, a veces sin querer se te va la vara para arriba, pero ¿cómo se domina a esa gente? Lo que hay que hacer es hablarlo, pedimos disculpas y arreglarlo”.

Al hilo de este asunto, relataba un episodio sufrido durante un encierro de San Sebastián de los Reyes, cuando reprochó a un corredor que agarrara a un toro durante un montón. “Me dio un puñetazo, pero después del encierro vino, me pidió disculpas y ahí se acabó el tema. Bastantes ataques recibimos desde fuera como para que empecemos a echarnos mierda entre nosotros. Para mí eso es lo más lamentable. Lo siguiente serán denuncias entre corredores por agarrones, codazos, empujones aposta…”. Y añadía que una posible condena al pastor implicado traerá cambios al encierro. “Claro que afectará, a ver luego quién es el que se mete ahí a poner orden”.

Juan Pedro Lecuonatampoco creía que el varazo del pastor imputado fuera dirigido intencionadamente a la cara. “Estoy convencido de que no se dio cuenta. Quiso apartarlo, pero con tan mala suerte de que el corredor giró la cara y le dio en la nariz. Sólo espero que no tenga consecuencias”. Para Lecuona, si el pastor no llega a actuar en ese momento podía haber ocurrido un mal mayor. “Si no hace nada, el corredor puede provocar algo más grave, porque el toro puede acelerar al sentir sus pasos o revolverse contra la gente. Hay que tener en cuenta que son momentos de mucha tensión, muchas revoluciones, y se sigue haciendo caso omiso a las recomendaciones”.

Algunos corredores lamentaban que la denuncia llegara por parte de este corredor, al que conocen y consideran un buen recortador que lleva viniendo años a Pamplona y conoce el encierro.

Otros pedían al Ayuntamiento que le sancionara ahora por las tres infracciones que cometió: tocar el toro, correr detrás suya y obstruir la labor del pastor.

Información de Gabriel González para Diario de Navarra.

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