LA FIESTA TAURINA REGRESÓ A TUDELA EN EL DÍA DE SANTIAGO APÓSTOL

Derechazo largo de López Simón al tercero, un toro al que se debió dar la póstuma vuelta al ruedo. Imagen: Manuel Sagüés.

El triunfo grande lo consiguió López Simón, que salió a hombros, aunque pudo hacer más frente al que cerró plaza. Imágenes: Sagüés, Aldanondo y cedidas.

Ganado: Cinco toros de Guadalest y uno de Fermín Bohórquez, segundo, cinqueño, de correcta presentación, nobles en conjunto y de juego dispar; sobresalieron el tercero por su clase, ovacionado en el arrastre, y el sexto, con mucho que torear.

Toreros: David Fandila ‘El Fandi’ (saludos desde el tercio en ambos), Manuel Escribano (oreja y ovación tras aviso) y López Simón (dos orejas y silencio).

Lugar y fecha: Plaza d toros de Tudela (Navarra). 25 de julio de 2021.

Presidencia: A cargo de Luis Arrondo, cumplió correctamente su cometido.

Incidencias: Alrededor de dos mil personas. Tarde soleada y agradable. López Simón salió a hombros. Los banderilleros Arruga y Mambrú saludaron montera en mano tras parear al sexto.

Tudela respondió a su cita taurina. En la festividad de Santiago y siendo domingo, no podía ser de otra manera. Buen ambiente taurino en la Chata de Griseras, que acogió un entretenido festejo, perfectamente organizado, además.

El gran triunfador fue López Simón, que paseó en triunfo las dos orejas del muy buen tercero, merecedor de una póstuma vuelta al ruedo que nunca se dio. Rinconero, que así se llamó, acudió alegre al peto y aceptó un buen puyazo. En banderillas, destacó un muy buen par de Arruga. Y en el tercio final, el madrileño rememoró viejos tiempos. Realizó una faena torera, con hondura, más cimentada en el pitón. Derechazos y redondos se sucedieron ante un toro con clase, fijeza y repetidor. La estocada final hizo posible la concesión del doble trofeo.

Sin embargo, López Simón no acabó de convencer frente al sexto, un burraco que tuvo sus complicaciones, pero que mereció mejor trasteo. Tras un puyazo largo, el toro recibió tres magníficos pares de Arruga y Mambrú, que tuvieron que saludar. En el último tercio, el espada de Madrid, sabedor de que ya había conseguido la puerta grande, dio la sensación de poder hacer más. No se complicó la vida. Varios muletazos insípidos y matar, algo que hizo de dos pinchazos, entera y un descabello. El público guardó respetuoso el silencio.

El otro triunfador de la tarde, en tono menor, fue Manuel Escribano, que no tuvo suerte con el sorteo. Su primero, un toro hondo de Bohórquez, embistió a media altura, sin humillar lo debido. El cinqueño no permitió ni la ligazón ni el lucimiento. Todo lo tuvo que hacer el diestro, que dibujó naturales, pero de uno en uno, y toreó en mínimas distancias. Mató de una estocada de efectos rápidos y cobró una oreja.

No pudo redondear su tarde frente al quinto, un manso que se refugió en tablas. Sí se lució con tres pares de rehiletes, el tercero por los adentros, de mucha exposición. Con la muleta, el sevillano lo intentó todo, se justificó de sobra ante un toro infumable. Terminó con una estocada trasera y dos descabellos, sonó un aviso y recibió una más que merecida ovación.

El Fandi, por último, fue ovacionado en banderillas. Pero nada más. Estuvo por debajo del negro que abrió plaza, de escaso recorrido. Compuso una faena de muchos muletazos, pero completamente insípidos. Una casi entera y un descabello pusieron fin a su primera intervención.

Y frente al cuarto, un precioso ensabanado, por el que apostaba el mayoral, hizo todo lo que pudo. Al toro le faltó motor y este hecho propició que la faena careciese de relieve. Terminó con media baja, media arriba y tres descabellos. Como en su primer toro, el granadino recibió una ovación, a la que correspondió saludando desde el tercio. No tuvo su tarde.

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