Dos han sido devueltos en un festejo que se ha saldado sin trofeos y que ha puesto fin a una larguísima Feria de San Isidro.
Como sucedió el año pasado en Pamplona, la corrida de Miura lidiada en Las Ventas esta tarde, festejo que ha puesto fin a la Feria de San Isidro, ha decepcionado, sobre todo, por su falta de fuerza y también por su falta de raza, factores que han provocado que el encierro de Zahariche haya resultado deslucido.
El segundo ha sido devuelto y en su lugar se ha lidiado un sobrero de Buenavista, deslucido. Y lo mismo ha ocurrido con el quinto; una vez devuelto, en su lugar ha saltado al ruedo un sobrero de El Ventorrillo, noble y manejable.
Los cuatro toros de Miura y los dos citados sobreros han sido lidiados por Rafaelillo (silencio y saludos), Dávila Miura (silencio y saludos) y Rubén Pinar (silencio en ambos). Lo mejor, la entrada, un lleno más.
Rafaelillo ha entrado en la enfermería, donde se le han apreciado “puntazos corridos en cara interna tercio superior muslo izquierdo y axila derecha. Pronóstico: leve. Firmado: Dr. García Padrós”.