Cuatro de los ocho toros que llegaron inicialmente a los corrales del Gas.
Tanto el ganadero como el mayoral se mostraron ayer pesimistas ante el reconocimiento veterinario oficial.
La corrida de toros que ha traído Cebada Gago a los corrales del Gas desde la gaditana Medina Sidonia puede ser rechazada esta mañana, una vez que concluya el reconocimiento veterinario oficial. “Por lo que hemos hablado hasta el momento, las cosas pintan mal. ¿Las razones? Nos dicen que unos toros no tienen el peso suficiente, que otros no tienen la cara necesaria para Pamplona… Ya sabemos qué pasa cuando los toros no llegan a 500 kilos. Pero también hay que tener en cuenta que el toro pierde en el viaje entre 30 y 40 kilos, peso que luego van recuperando. Aquí los pesan nada más llegar, por tanto… De momento, dos están aprobados, el número 30, llamado Dolorido, cárdeno claro, y un 131 que llevamos después, pero espero que, por lo menos, aprueben cinco, para poder lidiar el 9 de julio. En cualquier caso, habrá que esperar hasta mañana (por hoy)”, aseguró ayer Salvador García, propietario de esta ganadería junto con su hermano José.
En el mismo sentido se manifestó Manolo Flor, mayoral de la ganadería, que ha traído la corrida hasta la capital navarra. “Me han indicado que unos toros tienen poca cara, que algunos no tienen la presentación que exige Pamplona. Estoy muy preocupado, pero no pierdo la esperanza de que la corrida salga adelante”.
Los toros de Cebada Gago se desembarcaron en los corrales del Gas el domingo pasado. Ocho ejemplares, en total, una corrida pareja, bien armada, toda cuatreña y variada de capa, con tres toros negros, dos castaños claros, dos colorados y un cárdeno.
Los ocho ejemplares arrojaron un peso medio de 493 kilos, y entre el más y el menos pesado hay una diferencia de 60 kilos. Los toros desenjaulados fueron los siguienes: Estudioso, número 11, negro algo bragado, de 530 kilos; Aviador, 17, negro, de 475; Juguete, 23, negro listón, de 500; Dolorido, 30, cárdeno, de 480; Dudoso, 68, colorado, de 530; Madrileño, 80, castaño claro, de 475; Castañuela, 92, castaño claro, de 485; y Amante, 101, colorado, de 470 kilos.
Sin embargo, los problemas debieron comenzar pronto, porque el ganadero trajo desde la finca La Zorrera, tres toros más, algo que se supo ayer porque ni la Policía Foral ni la empresa hizo pública esta nueva llegada de toros.
El portal Mundotoro publicaba ayer que los once toros habían sido rechazados y que el ganadero había declarado que “no tengo más toros para Pamplona”.
Por parte de la comisión taurina de la Casa de Misericordia, el mutismo fue total. Ni José María Marco ni Eugenio Salinas ni Mariano Pascual respondieron a la llamada telefónica. Tampoco la autoridad, dígase la sección de Juegos y Espectáculos de la Policía Foral.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX