1. De izda. a dcha., Pablo Simón, Asier Echániz, el picador Ramitos, Francisco Marco, Miguel Reta y su esposa, Cristina Zapirain, Serranito, Andrés Palacios y Paulo dos Santos.
Miguel Reta llevó a cabo en dos jornadas un tentadero de 18 vacas y 13 machos de sus hierros.
Fue como regresar a ciento cuenta años atrás, a la segunda mitad del siglo XIX. Salieron al ruedo estellés, altivos, como enorgullecidos de su estirpe, de sus lejanos antepasados de Lizaso, Carriquiri, Pérez de Laborda, Díaz, Zalduendo, Poyales… de todas aquellas ganaderías que hicieron célebre al campo bravo navarro.
Mostraron su característica listeza, su codicia y, por ello, algunos resultaron complicados pero otros galoparon alegres desde lejos al caballo y algunos resultaron muy toreables en la muleta. La conclusión, respecto al conjunto, fue clara: la Casta Navarra está misma viva que nunca, goza de perfecta salud por su buena crianza y de esperanzador futuro, y todo ello gracias, en su mayor parte, a Miguel Reta.
Y es que este criador de bravo aprovechó el viernes y sábado pasados para llevar a cabo en el coso de la Ciudad del Ega un tentadero de nada menos que de dieciocho vacas y trece machos, entre erales y utreros.
La suerte de varas corrió a cargo de Jorge Martínez “Ramitos”, varilarguero riojano que cumplió con oficio y brillantez su cometido. Y para lidiar las reses, tres matadores de toros: el navarro Francisco Marco, el zaragozano Paúl Abadía “Serranito”, el albaceteño Andrés Palacios y el vizcaíno Iván Abasolo. Un cuarteto de diestros que ofrecieron una lección de profesionalidad, de honradez y de pundonor, y que demostraron ser toreros de verdad, con todas las letras. Estuvieron bien ayudados por los subalternos Pablo Simón, de Tafalla, y Asier Echániz, de Azpeitia, y por el aficionado portugués Paulo dos Santos.
Derechazo de Andrés Palacios a una erala de Reta.
Respecto al juego, hubo de todo –nobles, complicados, muy toreables, ilidiables…- pero el conjunto puso de manifiesto una mayor regularidad en nobleza, una positiva evolución, fruto de dieciséis años de trabajo, que son los que lleva Miguel Reta al frente de su ganadería, en la finca La Tejería, en Grocin.
“Estoy satisfecho con el tentadero porque he podido comprobar que sigo dando pasos hacia adelante, pequeños pero importantes. Son ya catorce los tentaderos que he llevado a cabo y van saliendo productos buenos, pocos pero buenos. Por tanto, observo que no hay un estancamiento en la ganadería, que debo ir poco a poco, pese a esa preocupación que conlleva el paso del tiempo. Sin embargo, al igual que mi familia, sigo ilusionado y eso me ayuda a tirar para adelante”, manifestó Miguel Reta.
El ganadero mantiene la ilusión y también la exigencia en la selección. Prueba de ello es que de 31 reses tentadas, sólo cinco consiguieron el aprobado: cuatro vacas y un macho. Curiosamente, éste fue el primero que marcó con el hierro de Reta de Casta Navarra, perteneciente a la Unión de Criadores de Toros de Lidia, la más prestigiosa agrupación de criadores de bravo. Este novillo, llamado Parralejo, pese a su corta edad, ya tiene su historia. “Mantengo buena amistad con Pepe Moya, ganadero de El Parralejo. La primera vez que visité su finca, tuvo el detalle de marcar el primer becerro de la jornada con el nombre de Navarrito. Así que, en deferencia, yo le puse ese nombre”, explicó el criador de bravo.
De momento, comisiones taurinas francesas, de Ceret y Orthez, ya se interesado por la compra de este ganado, lo que significa que en 2016 se lidiará una novillada de este hierro en una de esas localidades; es decir, la Casta Navarra volverá a lidiarse en plaza de toros, donde tanta fama adquirió en tiempos pasados.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX