JAVIER MARÍN LIDIÓ TRES TOROS EN CINTRUÉNIGO DE CARA A LAS VENTAS

Derechazo largo de Javier Marín al primer toro de Condesa de Cabral.

Derechazo largo de Javier Marín al primer toro de Condesa de Cabral.

El novillero navarro sigue preparándose para su presentación el próximo domingo en la plaza de toros de Madrid.

El novillero navarro Javier Marín sabe lo que se juega el próximo domingo en la plaza más importante del mundo, en Las Ventas, y por ello se está preparando a fondo para llegar en las mejores condiciones a esta cita decisiva. Con este objetivo, se encerró el sábado pasado en la plaza de su localidad natal, Cintruénigo, a puerta cerrada con tres toros de muy distinta condición, y ante los que logró lucirse con capote y muleta.

Pese a que la cita fue a puerta cerrada, casi doscientos paisanos no quisieron perderse la ocasión de ver  y animar al joven novillero frente a ese ganado tan diferente.

Vestido de luces –de grana y oro-, y muy bien auxiliado por Juan Carlos Ruiz, Pablo Simón, Asier Campos y Paco Ramos, Marín se las vio en primer lugar con un cuatreño de Condesa de Cabral, de procedencia Santiago Domecq, un ejemplar de generosas defensas, escurrido de carnes, que embistió con nobleza y clase, aunque perdió las manos en varias ocasiones.

Marín, ante el primero, por gaoneras.

Marín, ante el primero, por gaoneras.

El navarro, frente a él, se lució de capa por verónicas y tafalleras, y en un quite por gaoneras después de haber sido muy bien picado el toro por Juan Manuel Sangüesa. Tras esta exhibición de capa, el novillero cogió la muleta y toreó por ambos lados, aunque con mayor ligazón por la diestra. La condición del toro le permitió disfrutar, hacer todo lo que quiso y tirar de repertorio: derechazos, naturales, invertidos, manoletinas…

Terminada esta faena, el toro regresó al corral y, seguidamente, salió al ruedo un cárdeno cuatreño de Joaquín Buendía, que mostró buena condición de salida, lo que permitió a Marín lucirse de nuevo a la verónica. Sin embargo, en la muleta el toro fue a peor, acabó desarrollando sentido y acordándose de lo que dejaba atrás. Marín dio la cara, prescindió de ornamentos y tuvo que tirar de técnica para dominarlo, algo que consiguió a base de esfuerzo, de tesón.

Y en tercer lugar, recorrió el ruedo cirbonero un voluminoso cinqueño de Guadaira, que se quedó muy corto y resultó muy complicado. Pero estas dificultades le vinieron muy bien a Marín para pelearse con él, tanto que resultó cogido sin consecuencias.

En definitiva, los tres toros le sirvieron de estupenda puesta a punto de cara a ese paseíllo que hará en Las Ventas el próximo domingo para lidiar dos utreros de Los Rodeos, ganadería jiennense creada en 2007 con vacas y sementales de Jandilla en una línea y Maribel Ybarra en otra.

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