El novillero navarro anduvo certero con el estoque y consiguió el primer triunfo de su temporada.
Ganado: Cinco utreros de El Madroñal, bien presentados, colaborador el primero, para rejones, y serios y de juego desigual los lidiados a pie; nobles y manejables tercero y quinto; y más complicados los otros dos.
Toreros: Iván Magro (dos orejas), Javier Marín (oreja con petición de la segunda y dos orejas) y Alejandro Conquero (silencio y dos orejas).
Incidencias: plaza de toros de Los Navalucillos (Toledo). Dos tercios de plaza. La terna salió a hombros.
Sucedió todo muy rápido. El viernes se enteró en Madrid de que toreaba en la plaza toledana de Los Navalucillos. Inmediatamente, viajó hasta Cintruénigo para recoger los trastos y el traje de luces. Llegó ayer dispuesto a hacer el primer paseíllo de su temporada y se fue después de haber cortado tres orejas y salido a hombros.
Javier Marín recibió a su primero con dos faroles de rodillas y, tras media docena de mecidas verónicas, remató con una larga cordobesa. Ya en el último tercio, comenzó la faena por estatuarios y toreó después por derechazos, ya que por el pitón izquierdo el utrero tenía un recorrido muy corto. Terminó el trasteo con un toreo de cercanías y unas manoletinas. La pena fue que la estocada, hasta el puño, llegó al segundo intento, previo pinchazo, y el premio se redujo a un trofeo.
Sin embargo, el joven de Cintruénigo salió a por más frente a su segundo. De salida, se gustó con unas verónicas a pies juntos, con mucho gusto, cerradas con una revolera. Con la muleta, se encontró con un utrero nada fácil; tuvo más recorrido que el anterior pero también exceso de genio. Por eso, con la muleta, comenzó en el tercio sometiéndole por bajo con unos doblones. Muy decidido y sabiendo siempre lo que se traía entre manos, dibujó dos tandas de mano baja con la diestra, templadas, serenas, seguras. A éstas les siguieron otras dos de naturales, largos y limpios, toreando muy despacio. Unos ayudados por alto prologaron un estoconazo en todo alto que hizo rodar al utrero sin puntillas. Dos orejas, puerta grande y magnífico comienzo de temporada.