HIERROS PARA PAMPLONA 2015. ‘¡AY, CÓMO HEMOS CAMBIADO’. OPINIÓN

Encierro de Garcigrande en el Gas, ganadería que afrontará su segunda Feria del Toro.

Encierro de Garcigrande en el Gas, ganadería que afrontará su segunda Feria del Toro.

Las ocho ganaderías de la próxima Feria del Toro ya tienen nombre y apellidos. La comisión taurina de la Casa de Misericordia los hizo públicos ayer mediante un comunicado difundido vía Internet, sin convocatoria alguna y con sólo una escueta explicación sobre un hierro que regresa.

En pleno siglo XXI, los responsables de la feria más rentable del mundo continúan permitiéndose el lujo de no ofrecer la información debida, ni siquiera a sus cerca de veinte mil abonados (y digo ‘cerca’ porque tampoco se conoce a ciencia cierta cuántos hay), que son los que consiguen que el ciclo sanferminero siga existiendo y siga gozando de excelente salud económica, la mejor del orbe taurino mundial.

Lo llevan haciendo desde siempre, desde el siglo pasado, y, lo peor, no se vislumbran cambios de política informativa. Es más, lo seguirán haciendo, pues carecen de oposición. Por desgracia, el abonado a la feria pamplonesa sólo posee dos derechos: el de poder renovar el abono y el de no hacerlo. Triste pero cierto.

Ante este panorama, el plantel ganadero anuncia otra feria ‘light’. Un ciclo en honor al toro bravo debería ofrecer una diversidad de encastes. Pues bien, en los últimos años, tal diversidad ha ido menguando considerablemente y ha dado paso al imperio domecq, a lo que algunos denominan el monoencaste. El año que viene, cinco de los ocho hierros serán de procedencia domecq, directa o indirectamente: Garcigrande, Victoriano del Río, Fuente Ymbro, Jandilla y la debutante de Joselito. Si no quieres taza, taza y media.

Y es que las novedades no vienen a remplazar a las últimas pérdidas, dígase Cebada Gago, Dolores Aguirre y Adolfo Martín. El plantel es de tres ganaderías toristas, duras, y cinco comerciales. Y no sirve argumentar que Fuente Ymbro ya ha entrado en la duras; no. Las figuras se están alejando de ella, es cierto, pero son muchísimos los toreros que se darían de tortas por lidiarla, y más en Pamplona.

El resultado lo hemos presenciado en los últimos años: ferias light del toro, con demasiadas orejas cortadas para las faenas presenciadas y en las que, muchas tardes, los picadores han estado de vacaciones forzadas.

Y aunque las comparaciones pueden parecer odiosas, resulta un sano ejercicio hacer memoria. Ahí van un par de ejemplos, que muestran los que la feria fue. 1989: Cuadri, Murteira Grave, Pablo Romero, Salvador Guardiola, Marqués de Domecq, Cebada Gago, Baltasar Ibán y Eduardo Miura. 1990: Cuadri, M. de Domecq, Guardiola, Cebada Gago, Atanasio Fernández, Miura, Sepúlveda y Conde de la Corte (encierro con el que Sergio Sánchez tomó la alternativa, hace ya 25 años). Sobran las explicaciones.

Respecto a las novedades –ojalá triunfen las tres-, hay que dar la enhorabuena a la empresa por la contratación de José Escolar, un hierro que dignifica nuestra feria y que, año tras año, ha ido adquiriendo prestigio.

La enhorabuena no es extensible al anuncio de Ganadería del Tajo y La Reina, ambos hierros de José Miguel Arroyo “Joselito”, de un maestro del toreo que sólo vino una vez a Pamplona –en 1988- y no repitió porque no le gustó la plaza, su ambiente. Respetable. Ahora bien, como ganadero, parece que puede volver a gustarle.

Bromas aparte, se trata de una ganadería joven (comenzó a lidiar toros en 2008), con buenos resultados pero sin haber pasado la prueba de Madrid, por ejemplo, sin méritos suficientes. Parecía más lógica la inclusión de Juan Pedro Domecq, que tenía corrida para Pamplona, o de Bañuelos, que rubricado una estupenda temporada, que se encuentra en un magnífico momento y que también disponía de ejemplares para aquí.

Y, por último, llama, y mucho, la atención el regreso de Conde de la Maza, algo que se sabía pese a que el ganadero juró no abrir la boca hasta que se hiciese pública su contratación, y cumplió su palabra. Pese al argumento de la comisión taurina, los buenos resultados de dos de sus toros en plaza de primera (uno en Las Ventas, al que Eugenio de Mora le cortó una oreja, y otro en Sevilla, sobrero bis, del que Pepe Moral obtuvo las dos), no forman una razón de peso para su contratación.

Pero como no hay información… La presencia de Conde de la Maza me hacer recordar una anécdota que viví hace bastantes años. Un ganadero andaluz –dejemos su nombre aparte- me recibió en su finca y, después de larga conversación se sinceró: ‘Yo he llevado muchos sobreros a Pamplona y nunca le he cobrado un duro a la Meca’. A principios del actual siglo, lidió una corrida de toros en San Fermín. Favor con favor se paga.

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