HERMOSO DE MENDOZA FIRMA EN CHETUMAL SU TARDE MÁS REDONDA

El caballero navarro logró el segundo rabo de su temporada mexicana.

Cortó cuatro orejas y un rabo en otra plaza que registró un lleno de “no hay billetes”.

FICHA TÉCNICA:

Plaza: Portátil en Chetumal (Quintana Roo).

Ganado: Tres toros, los tres primeros, de Puerta Grande, el noble segundo para rejones; uno de Puerta Grande, quinto, también para rejones, de malas ideas; y dos de La Cardenilla, cuarto y sexto.

Alejandro Amaya: silencio y palmas.

Pablo Hermoso de Mendoza: dos orejas y dos orejas y rabo.

Xavier Ocampo: oreja en ambos.

Incidencias: Lleno de “no hay billetes”. Debut del navarro en esta localidad.

Tras su triunfo del viernes en Cancún, Pablo Hermoso de Mendoza continuó al día siguiente su gira por el sureste de México y debutó en la localidad de Chetumal, donde rubricó su tarde más redonda, pues saldó su compromiso con cuatro orejas y un rabo en su haber. Por tanto, nueva salida a hombros. De momento, pleno: doce actuaciones y doce puertas grandes.

En primer lugar, se las vio con un toro noble, frente al que se lucieron Garibaldi de salida, Van Gogh con sus escalofriantes quiebros y Viriato con su toreo de cercanías en banderillas, y Pirata en el tercio final, montura con la que clavó un rejón letal arriba, de efectos rápidos. Dos orejas para el estellés.

Ya con la puerta grande asegurada, le tocó lidiar después a un complicadísimo toro de Armilla Hermanos, ejemplar que derrochó genio y malas ideas. Y ante él, en vez de aliviarse y abreviar, el caballero navarro tiró de esa raza que le ha llevado a ser maestro del toreo a caballo, y pudo completamente con el astado, llamado Habanero. La faena fue una pelea constante. Primero, con Villa y después, en banderillas, con Manolete, que aguantó en los embroques con un valor espartano, y con Dalí, que superó los arreones y se jugó el físico.

En el tercio final, el toro ya sólo esperaba e intentaba hacer presa. Pese a ello, sobre Pirata, el torero superó los problemas en la rueda de cortas y con un más que arriesgado par a dos manos. Terminó con un rejón hasta la empuñadura que hizo rodar al barrabás. El público, enloquedido, pidió los máximos trofeos y Hermoso de Mendoza pudo pasear así en triunfo el segundo rabo conseguido en su campaña mexicana.

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