HERMOSO DE MENDOZA CORTA UN RABO EN LA PLAZA COLOMBIANA DE DUITAMA

Los tres caballos que hicieron el paseíllo eran del hierro PH.

Los tres rejoneadores hicieron el paseíllo con caballos del hierro del navarro.

Tras la oreja cortada dos días antes en su segunda actuación en Manizales, Pablo Hermoso de Mendoza se vino arriba el lunes pasado en la plaza César Rincón de Duitama y consiguió cortar nada menos que tres orejas y un rabo.
Trofeos aparte, la dimensión que ha alcanzado el caballero navarro quedó reflejada también en su faceta de ganadero, ya que seis de los caballos que actuaron, y otro dos que no salieron el ruedo, llevaban el hierro de su ganadería. El paseíllo, de hecho, lo hicieron los tres rejoneadores con caballos marcados con el hierro PH,  de la cuadra del estellés. Éste sobre Silveti, Manuel Manzanares, que se fue de vacío, sobre Baroja y José Miguel González sobre Truki; es decir, dos hijos de Gallo y el último de Nativo. González cortó una oreja en la tarde su alternativa, doctorado que le concedió Hermoso de Mendoza.
Se lidiaron seis toros de Juan Bernardo Caicedo, de juego dispar aunque los dos del navarro, segundo y cuarto, mostraron temple y bravura, y nunca se rajaron, algo que los caballos agradecieron porque pudieron desarrollar lo mejor de cada uno.
Fue en la segunda faena donde el jinete estellés logró el triunfo grande, pero también pudo hacerlo en la primera, tan redonda o más, pero en la que pinchó en una ocasión.
Garibaldi y Estella protagonizaron los primeros tercios; el primero se mostró brillante y la segunda, eficaz. Ante el primero de su lote, Hermoso sacó en banderillas a Chenel, que rubricó una de sus mejores tardes en Colombia, con tres remates por los adentros con los que cerró galopadas de costado y en las que los pitones rozaron el cuerpo del castaño. Dalí con sus piruetas puso la nota vibrante.
Frente al cuarto, llamado Tolimense, completaron el segundo tercio Van Gogh, que tuvo su mejor tarde en dos banderillas vertiginosas, y Silveti, que destacó por su elegante temple.
En ambos toros, como viene siendo habitual, cerró el último tercio con Pirata, con las cortas y la suerte del teléfono. Sin embargo, donde más brilló y destacó fue en un par a dos manos de las cortas metiéndose al toro en el mismo estribo.
La diferencia de ambas faenas vino dada por el rejón de muerte. En el primer toro entró al segundo intento y en el cuarto, a la primera. En definitiva, su balance, oreja y dos orejas y rabo, y cuarta salida a hombros en cinco actuaciones, puerta grande que compartió con el ganadero, Juan Bernardo Caicedo hijo, y el empresario, Osman Roa.

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