Fue tal bravura de uno de sus utreros, del llamado ‘Cantinero’, que se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre.
José Antonio Baigorri ha vivido en la plaza guadalajareña de Marchamalo un fin de semana tan intenso como triunfal. El sábado lidió tres utreros de Ganadería de Pincha en competencia con otros tres de la vacada local Juan Barriopedro. No hubo previo ganadero, pero los novillos navarros aventajaron en clase a los de Guadajara y además, el segundo de la tarde fue premiado con la vuelta al ruedo por su bravura.
Los novillos de Ganadería de Pincha fueron el segundo, el tercero y el cuarto del festejo, y los tres cumplieron en varas. El segundo, Cantinero, acumuló virtudes; fue noble, embistió humillado y con motor, todo lo quiso por abajo. Yon Lamothe lo entendió bien, realizó una buena faena y, tras una estocada, fue recibió las dos orejas de un utrero premiado con la vuelta al ruedo, con toda justicia.
El tercero, Riojano, fue un novillo bueno sin más, que se dejó hacer aunque embistió siempre muy humillado. Jorge Molina le cortó una oreja.
El cuarto, Hortelano, atesoró asimismo mucha calidad. No fue tan espectacular como el su hermano primero, pero también acumuló nobleza y motor; es decir, fue noble pero no tonto. El novillero José Fernando Molina lo pinchó antes de dejar la estocada y se tuvo que conformar con dar la vuelta al ruedo.
A los utreros de Barriopedro también les cortaron tres orejas, pero, en conjunto, les faltó humillar más y, según testigos presenciales, embistieron con la cara arriba.
En cualquier caso, el balance de los novilleros, para aclarar más este festejo al lector, fue el siguiente: José Fernando Molina (oreja y vuelta al ruedo), Yon Lamothe (dos orejas y saludos) y Jorge Molina (oreja y dos orejas). Estos dos últimos salieron a hombros.
Nuevo desafío, ahora con toros
Al día siguiente, nuevo desafío ganadero en Marchamalo pero esta vez con toros, de Ganadería de Pincha y de El Retamar. La plaza se llenó en algo más de la mitad de su aforo. La presentación de los seis toros fue excelente, muy seria, más propia de plazas de superior categoría. Y los tres navarros cumplieron sobrados en varas, donde fueron bastante castigados.
José Antonio Baigorri volvió a lidiar el segundo, el tercero y el cuarto. Primero, a Desertor, un toro estupendo, con mucha clase, al que había que torearlo siempre por abajo. Fernando Adrián lo entendió bien, lo toreó templado por ambos pitones y, tras una estocada, le cortó las dos orejas.
El tercero, Puñalero, fue una gran toro, noble y con mucha clase, que embistió haciendo surcos en la arena. Pero a Ángel Puerta se le fue y, pese a que cortó una oreja, después de un estoconazo, estuvo por debajo del toro.
El cuarto, Picador, burraco y cinqueño, fue el menos bueno de los tres. No estaba programada su lidia, pero el titular se fastidió un pitón, y entró en la corrida para sustituirlo. Y no es que fuese malo, embistió humillado de hecho, pero le faltó romper hacia adelante. Pese a ello, Rubén Pinar, tirando de oficio, consiguió cortarle una oreja, la que le hacía falta para salir a hombros con sus compañeros de tarde.
Los toros de El Retamar fueron también nobles, no acarrearon problemas; sin embargo, resultaron algo sosos y anduvieron justos de fuerza. El balance de los novilleros fue el siguiente: Rubén Pinar (oreja con petición de la segunda y oreja), Fernando Adrián (cuatro orejas) y Ángel Puerta (oreja en ambos).
Como se ha podido apreciar, tanto la novillada picada como la corrida de toros resultaron muy buenas, más que interesantes para los intereses del ganadero navarro, del lodosano José Antonio Baigorri.