En Huelva, lidió tres utreras vazqueñas de Prieto de la Cal, hierro al que se enfrentará en la próxima Feria de Tafalla.
Francisco Marco, que ya ha toreado tres tardes este año en tierras americanas, continúa preparándose a fondo para sus próximos compromisos en Europa y para ello ha participado en varios tentaderos, en tierras salmantinas, portuguesas y andaluzas.
El primero de ellos lo llevó a cabo en la finca de los hermanos Martín Tabernero, en Salamanca, en una tarde en la que se tentaron ocho eralas. El navarro compartió la prueba con los novilleros Alejandro Marcos y Guillermo Valencia, y con uno de los hermanos ganaderos. Lidió dos eralas de distinta condición. La primera se dejó únicamente por el pitón izquierdo, aunque poco a poco fue corrigiéndose y permitió la ejecución de un par de series, de mucho mérito, por el otro pitón. La segunda, por el contrario, derrochó nobleza y permitió al matador de toros recrearse con la muleta y disfrutar ante ella.
El espada estellés se desplazó al día siguiente, el miércoles pasado, hasta Montemor o Novo, en el Alentejo portugués, donde descansan las reses bravas de Joaquín Alves, curtido ganadero luso que posee los hierros de Pinto Barreiros y Sao Trocato. Allí, en la finca Quinta do Vidigal, se dieron cita los matadores de toros Marco, Jesús Duque y Javier Antón, y los novilleros Tulio Salgueiro y Diego Peseiro.
El valenciano Duque, que ya había tentado por la mañana con Eduardo Gallo, sólo lidió una; al resto le correspondieron dos vacas. Todos ellos estuvieron bien auxiliados por el banderillero navarro Venturita y por el novillero Cadavid. La suerte de varas corrió a cargo de Mario Herrero, que cumplió con profesionalidad su labor.
El tentadero resultó muy exigente pues las vacas tuvieron mucha movilidad y no paraban, lo que las convirtió en complicadas. A Marco le correspondieron dos muy serias, con un motor inagotable, con mucha fuerza; a base de gran concentración para no cometer errores y de mucho mando pudo con ellas y superó la dureza de la tienta.
Ante ganado vazqueño
Tres días después, el sábado pasado, se desplazó hasta la localidad salmantina de Ledesma, hasta la finca La Vadima, donde se crían las reses de Francisco Madrazo, ganado de procedencia Santa Coloma. En una mañana algo ventosa pero agradable, se las vio con otras dos buenas eralas que le permitieron disfrutar del toreo y ensayar nuevas suertes de su repertorio
Y, por último, sin tiempo para descansar, el domingo se dio cita en la célebre finca onubense La Ruiza con sus propietarios, Tomás Prieto de la Cal y su madre, Mercedes Picón, marquesa de Seoane. En su plaza de tientas tentó tres utreras. No pudo lucirse con la primera, muy lista, muy complicada; pero las otras dos –como la pareja que le correspondió al novillero Fernando Flores- fueron un ejemplo de bravura y clase, superiores, cualidades que permitieron disfrutar a Francisco Marco y satisficieron a los ganaderos andaluces, que volverán a verse a las caras en la próxima Feria de Tafalla, ya que Marco lidiará y estoqueará el 15 de agosto dos toros de Prieto de la Cal, reducto de la casta vazqueña.