Jesús María SAboya.
Lidió en 2008 dos tardes en Sangüesa y consiguió el premio al astado más bravo.
Jesús María Saboya de la Fuente, empresario y ganadero de la provincia de Guadalajara, falleció en la noche del pasado sábado a los 59 años, a consecuencia de una larga enfermedad. Saboya era natural del municipio alcarreño de Alhóndiga, estaba casado y tenía una niña de 11 años.
Según indicaron fuentes familiares, “Jesús María era alcarreño de nacimiento y de corazón, y orgulloso de llevar el nombre de Guadalajara allá por donde iba, desde que inició sus primeros pasos en el mundo de la empresa cuando desde muy pequeño, tras morir su padre, se vio obligado junto con su hermano, Francisco Javier, a tomar las riendas del negocio familiar”.
Desde entonces, Saboya fue propietario o estuvo vinculado en mayor o menor grado hasta su muerte a varias de las empresas más conocidas de Guadalajara, en los sectores de la comunicación, industria química, transporte, energía o en la conocida ganadería de reses bravas que lleva su nombre, de procedencia Vega Villar y Juan Pedro Domecq.
El entierro de sus restos mortales y los funerales se celebraron ayer en su localidad natal.
Dos tardes en Sangüesa
Jesús María Saboya, cuya ganadería se cría en la finca Pajera, en la localidad guadalajareña de Ciruelas, lidió hace seis años dos tardes en Navarra, ambas en Sangüesa. La primera, el 12 de septiembre, fue una novillada picada, que resultó noble, con cierta clase y muy toreable. Dos días después, saltaron al ruedo seis toros con divisa blanca y negra, un encierro bien presentado, con cara, kilos y fuerza, pero sin calidad y deslucidos en general; el diestro Pérez Mota consiguió la única oreja de la tarde.
Pese a ello, ese año, por uno de sus utreros, llamado Sospechoso, el ganadero se llevó el premio al astado más bravo del ciclo sangüesino.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX