EL SUBALTERNO MANOLO RUBIO VOLVIÓ A LOS RUEDOS, VOLVIÓ A TOREAR

Manolo Rubio junto a Antonio Ferrera el sábado pasado en Candeleda, antes de hacer el paseíllo.

Manolo Rubio junto a Antonio Ferrera el sábado pasado en Candeleda, antes de hacer el paseíllo.

Después de casi nueve meses sin poder lidiar, el veterano banderillero volvió a hacer el paseíllo el sábado pasado en la plaza abulense de Candeleda. Fue un festival en el que volvió a sentirse torero, lo que siempre ha sido.

El 6 de junio del año pasado, en la plaza de Las Ventas, un toro de Victorino Martín hirió gravemente a Manolo Rubio, veterano banderillero de 64 años, albaceteño de nacimiento pero afincado desde muy joven en Pamplona. Al intentar apuntillarlo por delante, el toro se levantó y le prendió con saña. El resultado, luxación completa de rodilla derecha, con rotura de todos los ligamentos (‘pentada’) y herida por asta de toro en periné, con orificio de entrada y salida, de 15 centímetros. Su futuro profesional quedaba en el aire, aunque a él sólo le preocupaba recuperarse completamente, sin que le quedasen secuelas en la pierna afectada.

Dicho y hecho. Con la ayuda de su matador de toros, Antonio Ferrera y del apoderado de éste, Raúl Gracia “El Tato”, se sometió el 4 de agosto en Madrid a una complicadísima operación, que fue un éxito. “Quiero dar las gracias a todas las personas que se han interesado por mí y, especialmente, a Victorino Martín, por su continua preocupación, a los traumatólogos García de Lucas, Gloria López y Gutiérrez, al médico rehabilitador Manuel Miranda, a Fran y los demás fisioterapeutas, a Lourdes, Isi, Orten y Daniela, a todo el personal del FREMAP”, indicó ayer Rubio.

Recibió el alta médica el 27 de enero y, a base de mucha ilusión y entrenamiento, el sábado pasado volvió a vestirse de corto y toreó un festival en la plaza abulense de Candeleda, algo que él mismo ni podía soñar hace unos meses.

“Fue una experiencia completamente satisfactoria, inolvidable. Formé parte de la cuadrilla de Antonio Ferrera, mi matador, que me brindó su novillo, y banderilleé al que abrió plaza, de Manuel Díaz “El Cordobés”, un novillo, como el resto, de El Freixo, cuyo propietario es El Juli. Por fortuna, todo salió bien, los matadores –El Cordobés, Ferrera, Abellán y César Jiménez- salieron a hombros y también el novillero Francisco José Espada, que indultó al quinto y último”, recordó.

Respecto al futuro, el banderillero fue tan prudente como claro. “Voy a hacer la temporada a las órdenes de Antonio Ferrera y, de momento, vamos a torear dos tardes en Sevilla, ambas en la llamada Semana de Farolillos. Después, si Dios quiere, vendrán las demás. Me gustaría seguir con el maestro Ferrera hasta retirarme. Es una persona maravillosa y un torero grande, que se merece todo lo mejor”, explicó.

Además de subalterno, Rubio es también doblador de los encierros sanfermineros, puesto que ocupa desde 1974 y del que le gustaría despedirse este año. “Como el año pasado no pudo ejercer de doblador por la cogida de Madrid, me gustaría estar presente este año en los encierros y decir adiós el 14 de julio a 42 años como doblador. Los encierros han sido una parte muy importante de mi vida y, cuando me retire, lo seguirán siendo, ya que llegué a Pamplona cuando tenía 12 años y mis hijas y mi nieto Oihan son pamploneses”, concluyó quien forma parte de un equipo completado por Sergio Sánchez, Manolito de los Reyes y Manu Rodríguez, todos ellos navarros.

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