EL REJONEADOR ÁNGEL EQUÍSOAIN, DE 71 AÑOS, FUE HOMENAJEADO EN TUDELA

Armendáriz y Equísoain se estrechan las manos ante la presencia de Manolo de los Reyes y José Luis Casaús.

Armendáriz y Equísoain se estrechan las manos ante la presencia de Manolo de los Reyes y José Luis Casaús.

Organizado por el Club Hípico Tudela Bardenas, en este acto iba a ser agasajado también el jinete tafallés Óscar Lorente pero causó baja por “motivos personales”.

El Club Hípico Cañada Bardenas, dentro de las III Jornadas del Caballo en el Toreo, rindió un emotivo homenaje el sábado pasado en el Nuevo Casino Tudela, al rejoneador olitense Ángel Equísoain, en un acto que congregó a un centenar de aficinados y en el que estaba previsto agasajar también al rejoneador tafallés Óscar Lorente, quien, según la organización, no pudo acudir a la cita por “motivos personales”.

Ángel Equísoain Gambarte, de 71 años, ofreció una charla en la que destacó la evolución del rejoneo desde los años 70 del pasado siglo a la actualidad. El veterano caballero de Olite, toda una referencia en el mundo navarro del caballo, hizo un recorrido por su trayectoria como rejoneador, desde su primer festejo en público, en 1978 y en Olite –un festejo a beneficio de Chico de Olite- hasta su último paseíllo, en septiembre de 1990, en la plaza de su localidad natal.

A lo largo de su intervención, recordó numerosas anécdotas, como la de haber tenido que rejonear toros camargueses y de Casta Navarra, de Ángel Laparte, ya fallecido, o la de haber toreado, sin mucha suerte, en los años 80 en el cuartel de Pamplona de la Policía Nacional.

Quien fue apoderado de Roberto Armendáriz en los comienzos de su carrera, se sintió orgulloso asimismo de haber podido torear con los principales rejoneadores de su época, como Curro Bedoya, Manuel Vidrié, los hermanos Peralta o Bohórquez padre, y de haber tenido como apoderado durante cinco años a Manolo de los Reyes.

El acto concluyó con la entrega de una placa de reconocimiento por parte de José Luis Casaús, presidente del Club Hípico Tudela Bardenas, y con un sentido abrazo entre Ángel Equísoain y Roberto Armendáriz, quien le entregó a su primer maestro una fotografía de sus primeros pasos como rejoneador, de un pasado que volvió a ser recordado en la cena de hermandad que puso fin a la jornada.

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