Los toros portugueses de Vaz Monteiro completaron los 500 metros de recorrido en un minuto y diez segundos.
Entre rayos y truenos, y con un cielo plomizo y totalmente encapotado, se celebró el primer encierro de las fiestas de Sangüesa, si bien la lluvia respetó una carrera muy concurrida y que resultó fugaz. El balance de atenciones quedó en cuatro heridos leves.
Apenas un minuto y diez segundos tardaron los seis toros de la ganadería portuguesa Herederos de Vaz Monteiro en completar los alrededor de 500 metros del recorrido. Dos de los astados llegaron a la parte final abriendo la carrera, con cierta distancia respecto al resto de la manada y los cabestros. Todos derrotaban hacia ambos lados, buscando a los corredores, pero sin acabar por irse hacia los mozos ni causar problemas de ningún tipo. La DYA atendió a cuatro personas por heridas leves como golpes y erosiones.
La coincidencia de la celebración de un encierro de toros con sábado hizo que fueran muchos los corredores, así como abundante el público asistente a presenciar la carrera desde los vallados.
Se vieron paraguas ante la amenaza de lluvia y la gente optó por abrigarse con chaquetas en una mañana fresca y ventosa en la que se rondaban los 15 grados de temperatura. Después del encierro, la suelta de vaquillas terminó con una tormenta que descargó con fuerza sobre Sangüesa, llevando a que la gente abandonase rápidamente la plaza de toros.
Información de Aser Vidondo para Diario de Navarra.