Sus utreros, correctos de presentación, aunque manejables, resultaron mansos y faltos de raza.
El Parralejo, que volverá a protagonizar la novillada picada del 5 de julio en Pamplona, suspendió ayer en la Maestranza de Sevilla. En este escenario, los seis utreros, de correcta presentación, resultaron en conjunto manejables pero resultaron mansos y acusaron falta de raza, según diversos portales taurinos.
Para Mundotoro, fueron “desrazados en conjunto. Mansos, tercero y quinto especialmente. Mejor el segundo pero sin fondo”. Según Cultoro, resultaron “manejables en conjunto pero justos de raza. Destacó el importante cuarto, con humillación, temple y gran clase, dentro de una novillada que pecó de mansedumbre”. Y Aplausos los califica de “correctos de presentación y de juego desigual”.
El resultado de los novilleros fue el siguiente: Álvaro Lorenzo, oreja y ovación con saludos tras aviso; Ginés Marín, vuelta al ruedo tras petición y ovación con saludos tras aviso; Pablo Aguado, silencio y ovación con saludos.