EL MADRILEÑO DIEGO GARCÍA SE LLEVA EL GATO AL AGUA EN TUDELA

Diego García pasea en triunfo una oreja con la bufanda del Atlético de Madrid al cuello.

El joven de San Sebastián de los Reyes le cortó una oreja a cada uno de su lote, pero la autoridad no le permitió salir a hombros.

Ganado: Seis utreros de El Canario, el cuarto en calidad de sobrero, bien presentados y de buen juego en general, salvo el manso segundo; ese cuarto fue aplaudido en el arrastre.

Novilleros: Daniel de la Fuente (silencio tras aviso y vuelta tras aviso), Daniel Barbero (silencio tras aviso y oreja) y Diego García (oreja tras aviso y oreja).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Tudela (Navarra). 23-V-2021.

Incidencias: Más de un tercio del aforo permitido. Se cumplieron todas las medidas de seguridad. Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio por las víctimas del Covid-19. Muy buen puyazo del varilarguero tudelano Juan Manuel Sangüesa al cuarto. La autoridad no permitió que Diego García saliese de la plaza a hombros.

Quizá, lo más importante de la novillada de ayer es que los toros, los festejos con muerte regresaron a Navarra después de más de año y medio sin poder celebrar ninguno. Debió acudir más gente a la plaza, sí. Pero no hay que olvidar que Tudela, su feria, ha sido y parece que vuelve a ser la feria de las figuras. Por ello, si el festejo de ayer hubiera sido una corrida de toros con tres matadores, sólo algo conocidos, la entrada habría sido bien distinta.

En cualquier caso, el festejo resultó entretenido, por el juego que ofreció el encierro y por la buena disposición de los novilleros. Y arrojó el primer triunfador de la temporada navarra, David García, que le cortó una oreja a cada uno de su lote.

Este joven madrileño, tras unos muletazos de tanteo, realizó una faena con más y mejores argumentos al natural, frene al mejor astado del encierro. Se adornó con unas manoletinas y unos pases por alto, que prologaron una estocada arriba y la concesión de la primera oreja de la tarde.

Frente al sexto, que salió rebrincado y abanto, consiguió su objetivo. El utrero peleó con bravura en el caballo y en la muleta mostró clase y embistió encastado, lo que le aportó transmisión. El de San Sebastián de los Reyes lo brindó a la banda de música y, seguidamente, construyó una buena faena, sobre todo al natural, con muchos detalles cargados de torearía. Terminó con un pinchazo y una lagartijera que sirvió y que le permitió cobrar otra oreja, la que rubricaba el triunfo grande. Un triunfó que compaginó con el conseguido por el Atlético de Madrid.

Al más veterano de la terna, Daniel de la Fuente, se le atragantó el descabello, y de qué manera. Recibió al que abrió plaza con dos faroles de rodillas. El utrero recibió una vara arriba y derribó. Al último tercio llegó con corto recorrido. El joven sevillano lo toreó bien por el pitón izquierdo y acabó sacándole hasta el último muletazo. Mató de un pinchazo, media arriba y un número horrible de descabellos. Sonó un aviso y el público guardó silencio.

El cuarto fue abanto de salida, pero luego desparramó clase. Después, el varilarguero tudelano Juan Manuel Sangüesa le quitó los humos con un magnífico puyazo. El andaluz comenzó la faena con tres series de derechazos, otra al natural sin mucho éxito y volvió a la mano derecha. Terminó con una estoca, pelín trasera, y otro mitin de descabellos. Nuevo aviso. Todo había pensar en el silencio del público, pero al final dio una vuelta al ruedo por su cuenta y riesgo.

Barbero fue el que menos suerte tuvo en el sorteo. Su primero fue un manso rajado que sólo quiso pelea en terrenos de chiqueros. Lo recibió con dos largas cambiadas y en el último tercio su trasteo fue una lucha por sacarlo de su querencia. Pese a todo, consiguió sacarle derechazos; eso sí, de uno en uno. Mató de un pinchazo, una contraria y tres golpes de descabello. Recibió un aviso del palco y el silencio del público.

El quinto tenía el mismo nombre que el apellido del novillero, Barbero, casualidades de la vida. Y nueva casualidad, ambos dijeron muy poco. Pero mató al primer intento, de una estocada desprendida, y cobró una oreja.

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