Los astados de Emilio Galán fueron buscando por ambos lados y provocaron momentos de tensión.
No parecían los mismos novillos que habían completado el encierrillo apenas una hora antes hermanados y en calma. Los astados de la ganadería de Emilio Galán (Salamanca) corrieron el encierro de ayer, cuarto de las fiestas de Sangüesa, a un ritmo vertiginoso, algunos más adelantados y buscando a ambos lados, generando momentos de tensión. Los corredores tuvieron que emplearse a fondo y apenas pudieron realizar largas carreras. No hubo que lamentar heridos.