El criador de bravo lodosano va a lidiar este año en San Adrián, Nájera, Vinuesa y en otra plaza por concretar.
El ganadero navarro José Antonio Baigorri, propietario de Ganadería de Pincha, ya tiene diseñada la temporada actual, en la que lidiará tres novilladas, todas ellas de erales de procedencia Domecq, en la plaza navarra de San Adrián, en la riojana de Nájera y en la soriana de Vinuesa, y probablemente una cuarta que, aunque está sin concretar, podría lidiar en Lodosa, pues fue el triunfador del año pasado y se ganó así la repetición, como ha sucedido en los dos primeros pueblos citados.
Así lo confirmó el pasado sábado en su finca El Ontanal, donde se marcaron veintinueve becerras con los hierros de Ganadería de Pincha y El Tolco, reses que, unidas a los cuarenta y tres machos que herró hace unos meses, completan una camada de setenta y dos cabezas de bravo. Para las labores de herraje, el criador de bravo contó un experimentado equipo de vaqueros, en el que se encontraba, entre otros, el mayoral de la vacada, Francisco Hidalgo “Francisquito”.
“Dispongo de menos erales que otros años debido a que me falló un semental, que dejó todo su lote de vacas vacío, no preñó a ninguna”, explicó José Antonio Baigorri.
Los machos marcados con el hierro de Ganadería de Pincha, procedentes de tres líneas -Gerardo Ortega, Algarra-Jandilla y Marqués de Domecq- serán lidiados en plazas de toros. Los herrados con el hierro de El Tolco irán destinados a los festejos populares. No hay que olvidar que el ganadero lodosano suele lidiar una veintena de festejos en las calles de pueblos de Navarra, La Rioja, Aragón, País Vasco y Francia.
Terminado el herradero, en el Ontanal se vivió una completa jornada festiva. Primero, con sevillanas, que dieron paso a una comida de hermandad, a la que asistieron ciento cuarenta personas, entre familiares y amigos del ganadero. Tras los postres, hubo bailables amenizados por una orquesta. Después, acompañados por el sonido de una guitarra, los invitados disfrutaron de flamenco y jotas, de canciones que pusieron fin a la fiesta bien entrada la noche.