ARMENDÁRIZ, OVACIONADO EN SU DEBUT EN LA MAESTRANZA DE SEVILLA

Armendáriz toreando de costado, con mucho temple y ajuste, con ‘Prometido’, caballo que destacó ayer en Sevilla. Fotografía: Arjona.

Armendáriz toreando de costado, con mucho temple y ajuste, con ‘Prometido’, caballo que destacó ayer en Sevilla. Fotografía: Arjona.

El caballero navarro realizó una faena de menos a más, cerrada con un buen rejón letal arriba, que tuvo petición de oreja.

Ganado: Seis toros de Benítez Cubero, nobles pero, en conjunto, escasos de raza, de celo; el mejor, el quinto, que embistió con buen tranco y tuvo fijeza.

Rejoneadores: Rui Fernandes (silencio tras leve petición), Andy Cartagena (oreja con petición de la segunda), Leonardo Hernández (saludos desde el tercio tras aviso), Roberto Armendáriz (ovación tras petición), Manuel Manzanares (ovación) y Andrés Romero (dos orejas).

Lugar y fecha: Real Maestranza de Sevilla. 3 de abril.

Presidencia: a cargo de Anabel Moreno Muela, asesorada por Antonio Martínez “Finito de Triana” y por el veterinario Santiago Sánchez-Apellániz García, se mostró algo tacaña con algunas peticiones; por lo demás, cumplió correctamente su cometido.

Incidencias: Más de media plaza. Primer festejo de la Feria de Abril. Romero salió a hombros.

Roberto Armendáriz dejó ayer buena imagen en su presentación en la Maestranza de Sevilla y el público reconoció su buena labor con una cerrada ovación. Le correspondió el cuarto del festejo, un negro mulato de 595 kilos –el de más peso del encierro-, llamado Italiano, de Benítez Cubero, que se movió sin más, sin entrega; tuvo nobleza pero acusó falta de celo.

Ante él, el caballero de Noain realizó una faena de menos a más, cargada de voluntad y de altas dosis de riesgo, en la que, inicialmente, según Carrusel Taurino, acusó los nervios de la presentación. Para Cultoro, faltó acople en esos momentos iniciales del trasteo ante un toro que, “pese a tardear, acometía cuando le acortaban la distancia”.

Lo cierto es que, tras brindarlo al cielo –en honor a su padre, Justino Armendáriz, fallecido en 2011-, lo recibió con Capea y lo llevó encelado. Lo castigó con un único rejón de castigo; lo dejó algo crudo para que no acusase el castigo en el tercio de banderillas.

Armendáriz toreando con 'Ranchero', ayer en la Maestanza de Sevilla. Fotografía: pablohermoso.net

Armendáriz toreando con ‘Ranchero’, ayer en la Maestanza de Sevilla. Fotografía: pablohermoso.net

Este segundo tercio lo inició con Ranchero, con el que dejó dos banderillas al quiebro, con embroques al límite. Lo continuó con Prometido, con el que la faena se vino arriba, caló en los tendidos, sobre todo con el templado toreo de costado en una vuelta al ruedo completa. Y lo cerró con el tordo Diamante, que no anduvo muy preciso ante un toro que ya se había refugiado en tablas, mientras sonaba el pasodoble “Martín Agüero”.

En el tercio final, con Duende, el torero navarro clavó tres cortas sin la continuidad deseada porque el toro, tras recibir cada una de ellas, buscaba el calor de la barrera. Por ello, la rueda de cortas tuvo gran mérito, sobre todo la tercera, en terrenos casi imposibles entre el toro y las tablas. A la hora de matar, Armendáriz preparó la suerte a conciencia y terminó con un rejón letal arriba. Aproximadamente, un minuto después, Italiano doblaba, se agitaron pañuelos reclamando una oreja, pero el palco consideró que la petición era minoritaria. Armendáriz abandonó el albero maestrante bajó una cálida y merecida ovación.

Según Aplausos, fue una faena “de enorme voluntad”, en la que “lo puso todo el torero” (…). “Faena de altibajos, con momentos buenos y otros, no tanto”. Para Mundotoro, la faena “despuntó a lomos de Prometido cuando la lidia se desarrolló en los terrenos de tablas. El cuarto, largo, tuvo poco celo y eso condicionó la labor finalizada con un buen rejón de muerte”.

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