El caballero de Noain presentó en público a varias de sus nuevas monturas, como ‘Caramelo’, ‘Bombón’ y ‘Siroco’.
Cascante vivió ayer, con motivo de sus Fiestas de la Cruceta, una intensa jornada taurina, que comenzó a mediodía con una lección de toreo a caballo a cargo del rejoneador navarro Roberto Armendáriz. El jinete se las vio con dos vacas viejas –una de ellas de catorce años- de Herederos de Ángel Macua, de Larraga, que dieron muy buen juego.
Ante unos seiscientos espectadores, el caballero de Noain, desde sus caballos, fue explicando con un micrófono inalámbrico las diferentes suertes que iba a realizar y el nombre y las características de cada caballo.
Ante la primera vaca, se lució con Grano de Oro, Corazón y Duende, y con los debutantes Caramelo, Bombón y Siroco, que respondieron perfectamente a las exigencias toreras de su dueño.
Frente a la segunda, Armendáriz se lució a lomos de El Capea, Grano de Oro, Prometido, Corazón, Caramelo, Farruco y Duende, en otra magnífica faena que recibió una cerrada ovación, similar a la anterior.