Natural de Fabio Jiménez a la segunda vaca de la tienta, muy importante por encastada.
Probaron la bravura de cuatro vacas de Ganadería de Pincha, una de ellas con mucha importancia por encastada. Galería fotográfica.
Posiblemente, el mejor momento de la jornada campera vivida ayer en Lodosa, en la finca El Ontanal, fue el rato vivido en la cabaña después de la tienta. Deseos de buenas fiestas de Navidad, de lo mejor para 2023, de bravura para el año que se avecina y conversaciones, en varios grupos, sobre la Tauromaquia, sobre lo que nos traerá la próxima temporada. Y muchas voces de despedida hasta el año que viene. En definitiva, magnífico ambiente, como siempre.
Antes habían tentado cuatro vacas de Ganadería de Pincha, de muy distinta condición, el matador de toros cacereño Mario Palacios y el novillero riojano Fabio Jiménez, que estuvieron a la altura del ganado y disfrutaron toreando. En el caballo, volvió a firmar una buena actuación Jorge Martínez ‘Ramitos’. No hay que olvidar que cada erala tomó un mínimo de seis varas a diferentes distancias del peto. Y a pie, destacó como auxiliador el banderillero lodosano Manu Rodríguez, que realizó su labor con maestría y colocó las vacas para que se arrancasen al caballo con suma soltura, con la eficiencia del gran profesional que es.
De las vacas, una destacó en la muleta sobre las demás, la segunda, una vaca muy encastada, que embistió con fijeza, motor y entrega, que no abrió la boca ni cuando llevaba alrededor de ciento cincuenta muletazos. Las demás, tuvieron una nota más baja pero se dejaron hacer sin problema alguno para el torero.
Al ser viernes, sólo se dieron cita tres tapias, que pudieron torear una vaca cada uno. Concretamente, el albaceteño Alejandro Casado, la riojana Patricia Sacristán y el navarro Aarón Navas, hijo de Víctor Navas, pastor de los encierros de San Fermín.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX