Los toros de Los Recitales completaron los quinientos metros de recorrido en casi dos minutos.
Se notaba que era uno de los días grandes. Se notaba en los vallados y se notaba en el propio recorrido. No cabía un alma. El tercer encierro de las fiestas de Sangüesa, con toros de la ganadería sevillana de Los Recitales, varios muy por encima de los 500 kilos, atrajo la atención de cientos de personas. Tardaron casi 2 minutos en completar los 500 metros del recorrido y dejaron un balance de sólo un herido leve.
En una mañana de sol y unos 15 grados, el cohete que daba inicio a la carrera sonó puntual, a las 9. La manada salió agrupada del corral de la iglesia de San Salvador y enfiló la calle Enrique de Labrit con un cabestro por delante.
En la doble curva del portal de Carajeas, uno de los toros tropezó y cayó al suelo. Superado este punto, fue cuando se produjo el principal momento de peligro. A la altura de la antigua fábrica de licores, y tratando de salir de delante de la cara de los toros, un joven corredor de 20 años, Asier Valero, vecino de Irurozqui, se echó a un lado pero tropezó con otros mozos, volviendo justo delante de la cabeza de un astado, que, según algunos testigos, lo alcanzó y levantó por los aires hasta más de dos metros de altura. Tras caer contra el suelo, fue atendido por Cruz Roja en la enfermería de la plaza de toros por policontusiones y erosiones, y dado de alta en el momento.
A lo largo de la calle Magdalena, y hasta la plaza de toros, se congregó la mayoría de corredores. Los astados llegaron disgregados al final. Iba uno por delante con dos cabestros. Detrás, los otros cinco toros mirando y cabeceando a ambos lados. Y, finalmente, el resto de cabestros.
Carreras complicadas
Como ocurrirá hoy, también de toros, el encierro de ayer atrajo a decenas de corredores de fuera de Sangüesa. Uno de ellos era Gorka Azpilikueta González, pamplonés de 37 años. “Ha sido un encierro bonito, típico de Sangüesa, con bueyes por delante y toros por detrás bastante mirones”, expuso tras la carrera.
“Ha sido algo difícil meterse para coger toro, y eso que venían a una velocidad normal, bastante buena. Eso sí, el ganado era muy bonito”, añadió.
Otro pamplonés que se acercó para correr fue Rubén Rastrollo Algaba, de 31 años. “Ha sido una pena porque en la parte final iba un buey por delante buscando y nos ha sacado a varios de la carrera”, comentó algo contrariado. “Poco toro se ha podido coger, una lástima”, apostilló.
Uno de los miembros del grupo de pastores, Juan Carlos Oiza, destacó de la carrera de ayer que se trató de “un encierro bonito y con mucha gente”.
Hoy domingo, con toros de la ganadería Castillejo de Huebra, se espera de nuevo una gran afluencia de público y corredores. Como es habitual, se programaron los dos encierros más potentes para el fin de semana de las fiestas.
Información de Aser Vidondo para Diario de Navarra.