VICTORINO MARTÍN RECIBIÓ EN SU FINCA A LOS MULILLEROS DE SANGÜESA

Los mulilleros de Sangüesa con los ganaderos Victorino Martín, en el centro de la imagen.

Los mulilleros de Sangüesa con los ganaderos Victorino Martín, en el centro de la imagen.

Visitaron además las ganaderías de López Gibaja y Valdeolivas.

Los mulilleros de Sangüesa y varios acompañantes, casi una treintena de personas en total, incluido el alguacilillo de esta plaza, visitaron recientemente dos ganaderías de bravo del campo extremeño, una de ellas la de Victorino Martín, en la finca Las Tiestas de Santa María, situada en la localidad  cacereña de Portezuelo, donde fueron recibidos por el veterano criador de bravo, Victorino Martín Andrés –distinguido hace unos días con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes-, y por su hijo, Victorino Martín García.

De la mano de ello, visitaron en primer lugar el museo de esta ganadería y, seguidamente, recorrieron la finca, donde pudieron apreciar los toros de los tres encastes que poseen: los de Victorino Martín, los de Monteviejo y los de Urcola. Los prestigiosos ganaderos de bravos les enseñaron, entre otros, los encierros seleccionados para las plazas de Sevilla y Madrid. Después, disfrutaron con una cata de vinos de los Martín y una comida, en la que el plato estrella fue el toro de la casa.

Un día antes, el 20 de marzo, este grupo de aficionados navarros se desplazó hasta la finca Los Baldíos, en la también cacereña Plasencia de la Oliva, para pasar una jornada en la ganadería López Gibaja, en la que ya habían estado el año pasado. Los recibió el propio ganadero, Antonio López, y su hijo, del mismo nombre, quienes les llevaron a contemplar estos toros de encaste Domecq. Tras una comida con ellos, basada en carne a la brasa, fueron testigos de un tentadero de seis vacas madre a cargo del madrileño Alberto Aguilar y el colombiano Sebastián Ritter, ambos matadores de toros. Tras la tienta, el ganadero les echó una vaca a los sangüesinos para que la recortasen.

El destino de la última visita, el 22 de marzo, fue la localidad abulense de Arenas de San Pedro, donde se encuentra la finca Valdeolivas, cuyo propietario es Miguel Ángel Gil Marín. Su mayoral, Antonio Fernández Lozano, les llevó hasta los distintos cerrados y, después, a la finca de caza Los Arcos, en la que una comida y una larga tertulia taurina se convirtieron en el epílogo de la excursión.

El grupo sangüesino regresó a Navarra el 23 de marzo. Atrás quedaba su noveno viaje campero, que se unía a los ya realizados a Sevilla en dos ocasiones, a Salamanca, en otras dos, y a Mérida, Toledo, Navalcarnero y El Escorial.

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