El encierro de Guadalix de la Sierra para la Beneficencia estuvo bien presentado, fue astifino, noble pero falto de raza, con todos sus toros a menos.
A menos de un mes de su cita con San Fermín –lidiará el 12 de julio-, Victoriano del Río pinchó ayer en Las Ventas, en la denominada Corrida de Beneficencia, en un festejo en el que se lidiaron cuatro toros con el hierro titular, uno con el de Toros de Cortés y un sobrero, segundo bis, de Domingo Hernández, que salió por devolverse por flojo el de la ganadería titular de tan importante festejo.
El encierro, bien presentado, serio, astifino y noble, careció de raza y fue siempre a menos, salvo el cuarto, de buena condición, que aguantó más. A este ejemplar le cortó El Juli (silencio y oreja) el único trofeo de la tarde. El primero, por el contario, fue un toro deslucido, descastado y sin clase.
Manzanares (silencio en ambos), por su parte, lidió el sobrero, que llegó a la muleta sin clase y reponiendo la embestida, y el quinto, un toro deslucido, bajo de raza, que no dio opción alguna al triunfo.
Talavante (silencio en ambos), por último, se encontró en primer lugar con un toro manso y con genio, que le obligó a abreviar. Y en segundo, con un sexto aplomado y sin clase.
Otros aspectos: Se registró un lleno de “no hay billetes”. Destacó Chocolate picando al sobrero. Presenció el festejo desde el Palco Real S.M. el rey Felipe VI, acompañado del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y del matador de toros Curro Vázquez. Antes del paseíllo, sonó el Himno Nacional en medio de una fuerte ovación.