Momento del paseíllo de la segunda de la Feria de Tafalla.
El mejor toreo a caballo lo ha protagonizado el caballero portugués, que se ha llevado el mejor lote. Galería de imágenes.
Ganado: Cinco utreros y un cinqueño, segundo, de El Madroñal, bien presentados y de juego dispar, con más calidad el primero y el cuarto; el peor, el sexto, sin codicia, muy deslucido.
Rejoneadores: Joao Telles (vuelta y silencio), Manuel Manzanares (silencio en ambos) y Mario Pérez Langa (oreja y silencio).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Tafalla (Navarra). 18 de agosto.
Incidencias: Menos de media plaza. Tarde agradable, de nubes y claros.
El festejo de rejones de la Feria de Tafalla ha dejado muy poco para el recuerdo; es más, posiblemente, pasará pronto al olvido. Se ha saldado con el corte de una solitaria oreja, para Pérez Langa, aunque el mejor toreo lo ha realizado Telles, que se ha ido de vacío por fallar con los aceros y por chocar con la frialdad que ha mostrado el público en ciertos momentos de las lidias.
El caballero portugués ha realizado una torera faena frente al buen utrero que ha abierto plaza, pero ha matado mal y se ha tenido que conformar con una vuelta al ruedo. Ante el cuarto, ha vuelto a dejar buena imagen, pero ha chocado con las meriendas del respetable, que estaba a lo suyo y que ha guardado silencio cuando ha doblado el utrero, al que ha matado de un pinchazo y un rejonazo.
Manzanares, ante el cinqueño del encierro, se ha mostrado falto de temple, ha toreado muy rápido, demasiado. Ha matado de un rejón trasero y ha escuchado el silencio de los tendidos. Al quinto, colaborador también, lo ha toreado de similar modo; lo ha matado de un rejonazo y ha obtenido el mismo resultado.
Por último, Langa ha paseado una oreja del tercero, gracias a que ha matado de un rejonazo de efectos rápidos, tras una faena voluntariosa y con precavidas distancias, sin pisar terrenos comprometidos. En su segunda intervención se ha encontrado con el peor utrero de la tarde, el sexto, carente de codicia, muy deslucido. No ha tenido opciones de triunfo pero es que, además, ha matado mal, de varios pinchazos, un rejonazo y un descabello… y así, todo es nada.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX