Teo Lázaro es un veterano corredor, siempre de blanco y rojo, que lleva las fiestas de San Fermín en la sangre.
Teo Lázaro se prometió a sí mismo estar delante de los toros el 7 de julio de 2006. Lo hizo después de someterse a un proceso de recuperación de un tumor. Logró su propósito. Sólo así se entiende la “rabia” que sintió ayer al escuchar “una noticia que no por esperada, fue dolorosa”.
El año pasado formó parte del grupo de pamploneses que se desplazó a Salamanca para correr un encierro en una finca. Según dice, “estaba y estoy convencido de que pueden hacerse cosas. Nos piden responsabilidad, con las medidas que nos han impuesto. Sin embargo, parece que de los Sanfermines se puede prescindir”. A un ejemplo concreto se remite en la demanda de soluciones intermedias que refuercen la seguridad: “En San Sebastián de los Reyes se ha trabajado en un protocolo para que haya encierros con medidas”.