Los asistentes al tentadero en la finca El Ontanal.
El estellés Francisco Marco y el pamplonés Francisco Expósito lidiaron tres eralas de Ganadería de Pincha.
Cuando parecía que el campo bravo navarro se había tomado un respiro, el propio de fin de año, uno de los ganaderos, José Antonio Baigorri, aprovechó la llegada del tiempo seco para realizar el pasado sábado en su finca de Lodosa un tentadero de tres eralas. Se llevó a cabo en la plaza de tientas de la finca El Ontanal y lo protagonizaron dos navarros, el matador de toros Francisco Marco y el novillero Francisco Expósito, que estuvieron auxiliados por el subalterno tafallés Pablo Simón. La suerte de varas corrió a cargo del picador Jorge Martínez “Ramitos”, quien, como siempre, cumplió con profesionalidad su labor.
Marco se lució frente al primera erala, que tuvo transmisión, fijeza y más generoso por el pitón izquierdo. Mayor esfuerzo se vio obligado a hacer ante la tercera, que tuvo kilos y cara, y que, inicialmente, con mucho motor y cierta brusquedad no dejó colocarse al diestro pues se le venía encima. Sin embargo, el estellés, a base de firmeza, acabó pudiéndole y la novilla, vencida, cambió a mejor y mostró un estupendo temple por ambos pitones, virtudes que aprovechó el diestro para gustar y gustarse, con muletazos largos en los que siempre él marcó el ritmo.
No tuvo la misma suerte Expósito, al que le correspondió una vaca, la segunda, de peor condición por parada. Por lo menos, se peleó bien con ella y dejó algún destello de su fino estilo. El novillero pamplonés se quitó la espina pegándole un par de tandas a la tercera erala, y otra más a campo abierto.
José Antonio Baigorri puso fin así a una buena temporada en la que ha lidiado cuatro utreros y treinta erales, y en la que ha logrado numerosos premios: en Lodosa al utrero más bravo, en San Adrián al mejor eral y en Nájera a la mejor novillada. “Ha sido un año muy bueno, sobre todo porque el ganado ha mostrado mucha regularidad, en la línea que busco. En Nájera, por ejemplo, tres de los cuatro novillos que lidié procedían de un semental nuevo, que me ha dejado más que satisfecho”, concluyó el ganadero.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX