El novillero Francisco Expósito y el becerrista Enrique Ulises probaron la bravura de dos becerras de El Tolco. Imágenes: Ricardo y K. L.
A once días de su presentación en Pamplona como ganadero de bravo, José Antonio Baigorri organizó ayer, por la mañana, el último tentadero que va a llevar a cabo esta temporada. Saltaron al ruedo dos becerras de El Tolco -hierro de procedencia Puerto de San Lorenzo que utiliza para los festejos populares-, que fueron bien picadas por Ramitos y lidiadas por el novillero Francisco Expósito, de la capital navarra, y el becerrista Enrique Ulises, de la localidad soriana de Vinuesa.
Expósito se las vio con una becerra noblota, que aceptó a su altura los engaños por ambos pitones y que no dio problema alguno, por lo que permitió al pamplonés realizar una faena larga, templada y variada. Ulises, por su parte, fue un derroche de voluntad; se esforzó ante una novilla que se orientó pronto y que, después, no terminó de pasar.
Y allí, ajenos a todo, a unos trescientos metros, permanecían los utreros que viajarán a Pamplona para ser lidiados el 5 de julio por Cadaval, Toñete y De Manuel.