TARDE TRIUNFALISTA EN SANGÜESA CON TRIPLE SALIDA A HOMBROS

Los tres diestros salen a hombros tras haber cortado un total de seis orejas.

Los toros de Martín Lorca, de correcta presencia, fueron tan nobles como sosos. Reportaje fotográfico: Alberto Arelizalde.

Ganado: Seis toros de Martín Lorca, correctamente presentados, justos de fuerzas, nobles, sosos, colaboradores y de poca movilidad. El tercer fue devuelto por falta de fuerza; el sobrero, que salió en sexto lugar, perteneció a la misma ganadería.

Toreros: López Simón (oreja y oreja tras aviso), Gómez del Pilar (dos orejas y saludos tras dos avisos) y Mario Sotos (oreja en ambos).

Presidencia: A cargo de Mikel Mayayo, asesorado por Jesús Pérez y el veterinario Jesús Miguel Blanco, cumplió su cometido.

Incidencias: Dos tercios de plaza. Tarde soleada que pasó a fresca por las fuertes rachas de cierzo. Los tres diestros salieron a hombros.

Gómez del Pilar brindó el quinto toro a la banda de música de Sangüesa, con un largo y sentido parlamento. El brindis no era ninguna bicoca, porque el cinqueño de Martín Lorca que había salido por chiqueros parecía el búfalo de las tapas del betún. Pero Noé se empleó primero con él en redondo, logrando muletazos estimables y más adelante partió hacia la zona de sol para lograr el favor del personal joven.

Vino la sorpresa cuando Gómez del Pilar montaba la espada y la banda detuvo la música a toque de parche: el diestro les mandó continuar para intentar pegar la estocada con fondo musical. Lástima que a continuación llegara una sucesión de pinchazos, porque la originalidad hubiera pasado a la historia oral de la afición sangüesina.

Pero aquello no influyó en la salida a hombros colectiva: Noé ya había hecho su trabajo en el segundo, un castaño con el que había que estar templado para evitar ejercer de enfermero. Dio tandas con él meritorias en el tercio, bajo los acordes del Tío Canillitas, combinando hábilmente muletazos ligados con toreo de recurso.

Influyó sobre manera en López Simón el arranque de la música en el cuarto toro. Con la res renqueante, Alberto decidió prolongar la faena muletazo a muletazo hasta llegar al trío y tres solos de trompeta. En el toreo la cantidad no es igual a calidad y aquello se convirtió en un record de destajismo pegapasista de difícil digestión a estas alturas de la temporada.

En el primer toro, un animal que embestía con la rasmia de un buey, López Simón alcanzó a templarse antes de una sesión de circulares con estocada tendida incluida. El diestro que hace pocos años era figura ha vuelto con ganas de torear, ahora le falta recordar cómo seducía a los públicos.

Mario Sotos cerró el cartel dando sensación de torero muy placeado. Se fumó en tercer lugar un cinqueño catedrático emérito de la dehesa y lo mató por derecho aunque trasero. Para cerrar plaza, el viento quiso darle la despedida y tras dos horas y media de festejo supo retener los ánimos del personal en medio del vendaval, cortando una oreja tras estocada rinconera.

Información de Pascal Lizarraga, publicada en Diario de Navarra.

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