SUSPENDEN EN SEVILLA LOS HIERROS QUE LIDIARÁN EN LA CAPITAL NAVARRA

Natural de Escribano a un toro de Miura, ayer en Sevilla. Fotografía: González Arjona.

Los encierros de Domingo Hernández, Jandilla, Victoriano del Río y Miura decepcionaron en líneas generales.

Cuatro de las ganaderías que han lidiado en la pasada feria de Sevilla están anunciadas también en Pamplona. Y ninguna de ellas –Domingo Hernández, Jandilla, Victoriano del Río y Miura-  ha alcanzado el aprobado por el juego ofrecido. Respecto a sus hechuras, todas estuvieron bien presentadas, aunque la de Hernández fue demasiado desigual. En un sentido positivo, sólo cabe pensar que estos decepcionantes toros, lógicamente, ya no se lidiarán en la plaza de Pamplona.El primero en lidiar fue Domingo Hernández. Lo hizo el 15 de abril, con unos toros que, en conjunto carecieron de clase; pese a ello, Daniel Luque consiguió una oreja del muy descastado quinto y Juan Ortega, las dos del sexto, un ejemplar noble pero justo de raza. Morante de la Puebla se fue de vacío

Dos días después, el 17 de abril, no cambió el panorama con los toros de Jandilla, que, en conjunto, tuvieron nobleza pero resultaron completamente descastados, unos mansos que apenas dieron opciones a José María Manzanares, Alejandro Talavante y Tomás Rufo, que se fueron de vacío.

El sábado pasado le tocó el turno a Victoriano del Río, que lidió una corrida de decepcionante juego, tapado por el repetidor segundo, al que Roca Rey le cortó las dos orejas. El matador peruano consiguió otra del quinto, un toro duro, que embistió a arreones. Como se ha indicado, esa Puerta del Príncipe tapó el conjunto del encierro. Tomás Rufo consiguió un trofeo del sexto, un astado de medias arrancadas; su primero, de ritmo cambiante, tampoco convenció. Por último, Juan Ortega se fue de vacío tras lidiar al desfondado primero y al descastado cuarto.

Por último, Miura cerró ayer la Feria de Abril y rozó el aprobado, pues, más o menos, respondió a los que se esperaba de ellos; formaron un encierro de juego desigual, complicado pero, por lo menos, mantuvo el interés. Los más difíciles fueron el tercero, el cuarto y el sexto. El primero fue un toro encastado, aunque sin clase. El segundo tuvo nobleza pero embistió con la cara alta. Y el quinto careció de calidad y resultó soso. Ante este panorama, Esaú Fernández cortó la única oreja de la tarde, al tercero. Escribano y El Fandi se fueron de vacío, aunque gustaron, sobre todo por su entrega, por sus ganas de agradar.

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