Los dos últimos utreros de Soto de la Fuente fueron bravos por su fijeza, codicia y duración.
Ganado: Cuatro utreros de Soto de la Fuente, bien presentados, mansos y deslucidos los dos primeros y con fijeza y codicia los otros dos; el cuarto y último fue ovacionado en el arrastre.
Francisco Palha: vuelta al ruedo tras petición de oreja y oreja.
Lea Vicens: vuelta al ruedo por su cuenta y oreja.
Presidencia: A cargo de Berta Resano, asesorada por Antonio Puig y Juan Antonio Burdaspar, cumplió con buen criterio su cometido.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Tarde soleada y calurosa. Los dos rejoneadores se presentaron en Peralta.
Entretenida resultó la segunda de la feria peraltesa, un festejo de rejones que se caracterizó por el desigual juego del ganado y por las ganas de agradar de dos rejoneadores de la nueva hornada.
El encierro de Soto de la Fuente se pudo dividir en dos partes claramente diferenciadas. En una, los dos primeros utreros se caracterizaron por salir distraídos, buscar las tablas y luego pararse y embestir sólo a arreones. En la segunda, tercero y cuarto demostraron bravura por su fijeza, su codicia y su duración tras las cabalgaduras.
Los rejoneadores mostraron asimismo dos estilos completamente diferentes. El portugués, más cuajado, practicó un toreo asentado, tomándose sus tiempos, no tan acelerado como el de la francesa, a la que se le vio algo verde ante su primero y mucho más entonada, haciendo las cosas como mandan los cánones frente al buen utrero que cerró plaza.
En primer lugar, toreó Palha, que acarició la puerta grande peraltesa. Le clavó tres rejones al que abrió plaza, excesivo castigo que pudo acusar el utrero en el tercio de lidia, pues se paró y sólo embistió pegando arreones. Pese a ello, el jinete portugués conectó con los tendidos con banderillas al violín sobre Alfoz y con las cortas al hilo de tablas montando a Colorao. Tras un pinchazo, terminó con un rejonazo bajo. Hubo sonora petición de oreja, pero se tuvo que conformar con dar una merecida vuelta al ruedo.
Cobró una oreja del tercero, un ejemplar de dos, después de realizar una faena de similar corte, en la que los mejores momentos los alcanzó con los quiebros en banderillas y con tres consecutivas. En esta ocasión, mató de un rejonazo algo trasero y el bravo ejemplar, Avariento, no tardó en doblar en los medios.
Por su parte, Lea Vicens mostró dos caras, siempre bellas pero de diferente nivel torero, en el ruedo peraltés. Ante su primero, distraído de salida, tardó mucho en clavar tres de castigo, algo que hizo a la grupa y no al estribo. En banderillas, con Desafío, se entonó algo más, clavando al violín y una rosa, superando arreones y toreando a generosas distancias. Además, no anduvo certera con la hoja de peral. Silencio del público, roto por la francesa que salió a saludar y, ya puestos, se aventuró a dar una vuelta al ruedo.
Ante el buen cuarto, se lució de salida con Samurai, al que llevó muy encelado en dos vueltas al ruedo toreando con la bandera. Conquistó la plaza con los quiebros de Gacela y los violines sobre Bético. Montando a Jazmín, la simpática francesa concluyó con un pinchazo y uno trasero, que le permitió pasear un trofeo.